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Universidad Mundial
                   Científico - Espiritual

Sección Educativa:

ALIANZA UNIVERSAL

                 Centro de Conciencia Espiritual

ESCUELA DE ALTA SABIDURÍA (BODHA)

 
  
Sobre la Rehabilitación Íntima

Por el Venerable Maestro K.H.

“Se es como se Piensa”

He ahí un postulado irrevocable. Mas, ¿cómo cambiar su modo de vida, su ritmo vital y su propia norma de vida?

Esto es indispensable si uno quiere rehabilitarse, dominar su destino y crearse un porvenir labrado por uno mismo, y a la medida de nuestra propia voluntad.

No basta tener un ideal. Es preciso saberlo vitalizar y realizar nuestros designios. Es menester, de hecho, vivir de acuerdo con nuestro mejor grado de conciencia. Si es necesario, también es preciso elevar el carácter de la conciencia, su grado de valor y de potencia. Sólo así se logrará cambiar sustancialmente nuestra personalidad y vivir más dignamente.

Figurémonos que vivimos en un enorme edificio de varios pisos. Cada piso representa una modalidad de conciencia. Vivimos según la medida de nuestra conciencia en cada piso o grado, pero podemos pasar de un piso a otro, mediante ciertos esfuerzos, y en fin persiguiendo las condiciones ideales y los valores espirituales correspondientes a los pisos superiores. He ahí toda la vida explicada gráficamente.

El Ideal no es más que una proposición que se puede y debe afirmar tanto como sea posible. Pero no basta tener un ideal o abrazar un Evangelio o un Código Moral ¿El papagayo que canta la Marsellesa es otra cosa diferente que un papagayo? ¿El imbécil que se rellena el cráneo con máximas legendarias o místicas, es otra cosa diferente que un animal domesticado superficialmente o una criatura frívola que vive como una veleta? ¿El caballo que conoce las tablas de multiplicar no es, a pesar de todo, un animal? Así pues, la memorización de algunos dogmas o ceremonias místicas o el hecho de entregarse a una liturgia religiosa o a un culto exótico cualquiera no implica que uno se perfeccione o que uno se divinice. ¡Uno permanece tal como es, en la medida de nuestra capacidad de conciencia! Nuestra conciencia es nuestra medida de vida y también el molde de nuestra personalidad, dígase lo que se diga y a pesar de todo.

El ideal no llega a ser importante mientras uno no se esfuerce en vivirlo y realizarlo efectivamente en sí y fuera de sí mismo. Esto es lo que se conoce como MORAL. La Moral es nuestro esfuerzo de ajuste al Ideal elegido. Hay pues moral y Moral, según los grados de conciencia.

Pero lo importante, a la altura de nuestras realizaciones, es que cada uno comprenda que el Ideal es una medida de conciencia y si se le transforma en ritmo vital, si uno lo vive, se cambia totalmente nuestro destino y nuestra personalidad también se modifica en concordancia.

Por consiguiente, el Ideal y la Moral son necesariamente diferentes en cada distinto grado de conciencia. He ahí lo que es preciso comprender bien, pues, en cada plano (piso – estadio) de la vida, el Ideal deberá tener un sentido diferente y la moral una significación también diferente. Nuestro criterio deberá, por consiguiente, ajustarse a las relaciones y desarrollo de la vida, según el plan de actuación de la conciencia.

No comprender esto es ligarse a unas fórmulas fijas y entregarse a doctrinas y tradiciones condicionadas, que se convierten en señuelos para los planos diferentes de conciencia. Cuando el individuo se estanca en una fórmula particular, se fanatiza y se deja hipnotizar por ella.

Por consiguiente, vivir su propia vida implica vivir según el grado de conciencia alcanzado, y la rehabilitación íntima consiste consecuentemente en reintegrarse al grado de conciencia, al piso (plano) de la vida que nos corresponde. Es vivir según nuestro potencial vital y de acuerdo con nuestras capacidades y aspiraciones.

El atractivo del misterio está siempre latente e incluso es grande en el hombre. Esto es así porque está encadenado constantemente a lo que lo rodea (a su ambiente). Vive en una habitación del piso (plano), en un modo o grado de conciencia. No conoce, por consiguiente, más que una parte o región, una modalidad o frecuencia de la vida, y no toda la capacidad del piso o plano de su propia conciencia. El está, así pues, atraído por lo desconocido de las otras habitaciones o mundo de la conciencia en el mismo plano. Sin embargo, él supera este piso o grado de conciencia cuando triunfa sobre sus propias limitaciones y cuando consigue todos los éxitos posibles sobre las dificultades y complicaciones de la vida de su propio grado o plano de conciencia. Así pues, el individuo experimenta solamente las condiciones del plano de conciencia en el que se encuentra. De ahí que el espiritista no puede comprender lo que hay en los otros planos, ni el teósofo los fenómenos biosíquicos de los otros mundos que le rodean. El católico – el que lo es sólo en doctrina o en fantasía – tampoco logrará comprender las condiciones de las otras habitaciones del piso en el que vive en conciencia.

Pero el hombre debe buscar de nuevo su patria celeste original y por índole propia (naturaleza), debe reintegrarse al seno inmarcesible y supremo de la Esencia de la Vida que es el Espíritu Divino. De ahí su incansable persecución hacia la conquista del misterio, esta Santa Llama de los antiguos esotéricos, que es también el Toisén de Oro de los mitógrafos griegos, el Maná Sagrado, el OM de los Tibetanos, el Tarot o INRI de los antiguos Misterios Mayores, y la Divina Alathea o Shekinnah.

Uno se reintegra en conciencia a medida que se pasa de un plano a otro, buscando siempre superarse y alcanzar las alturas sublimes de la vida en donde residen en potencia y en motivos los Ideales Sagrados del Espíritu Universal y Eterno.

K.H.
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Nuestro peor amigo es el ADULADOR.

Nuestro peor enemigo es el MIEDO.

Nuestro peor defecto es la VANIDAD.

Nuestro peor consejero es la ENVIDIA.

Nuestro peor contratiempo es la LUJURIA.

Nuestro peor inspirador es la COBARDIA.

Nuestro peor vicio es la MENTIRA.

Nuestro peor equívoco es la DIFAMACION.

Nuestro peor contratiempo es la IGNORANCIA.

Nuestro peor obstáculo somos NOSOTROS MISMOS.

Nuestro peor entretenimiento es la DESIDIA.

Nuestra peor ansia es el ENGAÑO.

Nuestro peor equívoco es ENGAÑARNOS A NOSOTROS MISMOS.

Maestro de Sapiencia K.H.

www.revista-ariel.org

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