La Habana, a 27 de Noviembre de 1961

Señor Doctor Fidel Castro Ruiz
Primer Ministro de Cuba Revolucionaria
Palacio Presidencial
Ciudad

Muy Ilustre Comandante:

Recordatorio: La presente tiene por objeto hacer referencia de nuestra anterior comunicación fechada a 5 de octubre de 1961 en la cual solicitamos facilidades especiales en vista de excepcionales y fortuitas circunstancias. Con posterioridad, se nos informó de su propia Oficina que se había transmitido nuestra comunicación al Banco Nacional, con fecha14 de Octubre de 1961, y luego con fecha 23 de octubre de 1961 se nos avisó de dicha entidad que se atendía a nuestras peticiones.

Empero, el tiempo vuela y todavía no tenemos satisfacción alguna de nuestra referida solicitud, no obstante que debiéramos estar ya en Suiza para atender al GRAN CONGRESO MUNDIAL DE TODAS LAS RELIGIONES, FRATERNIDADES Y FILOSOFIAS convocado para fines del presente año. Además, media la grave circunstancia de mi estado de salud que exige urgente operación quirúrgica, y que se agrava irremediablemente.

Entrevista personal: En vista de lo expuesto, que habíamos dejado bien sentado en nuestra primera comunicación, no podemos menos que acudir de nuevo a Ud., para que se nos preste atención de acuerdo con la importancia de lo antedicho. Me permito, Señor Primer Ministro, solicitar de Ud. con carácter de urgente una entrevista personal, no solamente para que se percate de mi precario estado de salud sino también para que se entere de una cantidad de cables y mensajes que recibimos de distintos países con referencia a la demora de nuestra llegada a Suiza, cosa que ya es motivo de profunda extrañaza y creciente inquietud en todo el mundo.

De ser posible una entrevista, sugeriría su visita a mi casa ya que no me es posible caminar y estar largo tiempo sin acostarme. De otro modo se podría utilizar una ambulancia, y así acudiría con gusto a su mandamiento, ya que las circunstancias lo ameritan si consideramos que en el extranjero se empieza a poner en duda tanto la dignidad como los méritos humanistas de la revolución cubana.

Nuestra proposición: Considerando la demora en resolver nuestra situación en el Banco Nacional y en vista de la necesidad de estar en Suiza en breve, he pensado que tal vez si pagamos nuestros pasajes en dólares, el problema sería menos grande, y nuestras Cuentas Especiales en el Banco podrían sernos liquidadas en divisas extranjeras, o como fuera siempre que sea recobrable en corto plazo ya que se trata de valores que no nos pertenecen y que debemos restituir oportunamente como quedó expresado en nuestra anterior comunicación. Estas son: la número 1037 a nombre de Marie Peurozet con fecha del 15 de noviembre de 1961 y la número 1529 a nombre de Micheline Héraud con fecha del 15 de Noviembre de 1961.

CONSIDERACIONES ESPECIALES: Una vez resuelto el problema del Banco Nacional, ya que solicitaríamos por cable que se haga una colecta a tal efecto en distintos países, es de suponer que los demás trámites de rigor serían fácilmente salvables en cuestión de horas, tanto en la Reforma Urbana, Departamental de Estado, Secretaría del Interior y Compañía Naviera si se quiere realmente facilitarnos las cosas. Podríamos entonces salir a la mayor brevedad posible, informando de lo mismo al exterior a fin de aquietar a las incontables organizaciones religiosas, humanistas, culturales, espiritualistas y filosóficas que experimentan honda preocupación por nuestra situación, que consideran harto precaria.

Quisiéramos, eso si, pedir a Ud., Señor Primer Ministro, un último servicio y consiste en que se nos preste un soldado o policía a fin de que nos ayude en todos los trámites así como para preparar nuestro equipaje.

Con respecto a los archivos, registros, libros de textos, etc., del CONGRESO MUNDIAL, de los que somos depositarios y guardianes legales, desde hace varias décadas, los llevamos a través de todas las latitudes del mundo siempre que se celebran Grandes Asambleas o Reuniones Espirituales Cimeras. Carecen de valor material, ya que solamente hacen referencia a nuestra organización, y por ser exclusivamente de carácter religioso espiritual. Son de rigor pertenencias de todas las religiones y organizaciones integrantes de esta grandiosa Institución mundial Humanista, Cultural y Espiritual. De ahí también que sean indispensables a las centenares de Delegaciones Oficiales que siempre atienden a dichos eventos mundiales de indiscutible trascendencia moral, cultural, humanista y espiritual.

No sería demás que señalemos de nuevo que no nos interesa ninguna clase de política, sectarismo, mercantilismo o personalismo. Somos MISIONEROS ESPIRITUALES, y solo nos preocupa el cumplimiento de nuestra Misión a cabalidad y con dignidad y entereza donde sea que nos encontremos, sirviendo a  la entera humanidad. Para nosotros solo hay HOMBRES, y no nos interesa ni su creencia religiosa, ni su nacionalidad, su raza o su postura política, ni siquiera su nombre. Los amamos y ayudamos a todos por igual por encima de todas las vicisitudes de la vida, y nos incumbe únicamente el mejoramiento de su sustancialidad moral y su dignidad espiritual. Nuestra obra es universal por excelencia, sin jamás limitarse a doctrinas institucionales  ni a impresiones personalistas que  son pasajeras. Los Derechos Humanos, todo lo que concierne al hombre nos interesan, ciertamente, pero solamente en la medida de lo esencial y perdurable o eterno, como lo son la virtud religiosa, la moral que forma el carácter y la dignidad espiritual. Nuestras convicciones son tan firmes en estas cuestiones vitales que nada en este mundo podría jamás impedirnos de expresarlas y defenderlas en los sitiales más respetables de este planeta, aún si debiéramos sufrir la suprema afrenta del paredón.

Hacemos este señalamiento sobre todo para significar que es lo que nos hizo amar y ensalzar a la revolución cubana desde sus albores, tanto en Cuba como en todo el mundo contra vientos y mareas y desafiando incontables peligros. Demás es decir que donde sea que nos encontremos en el mundo el sentido humanitario que tanto enalteciera a la revolución del pueblo cubano, tendrá en nosotros inmejorables paladines. Hay soluciones morales de carácter social y religioso que se imponen, y porque tienen su razón de ser son de inevitable realización histórica.

Nuestra posición respecto de la monstruosidad que es la GUERRA es también de meridiana claridad. Somos PACIFISTAS de corazón y porque creemos que toda tesis o doctrina que necesite convertirse en capricho sádico, en odio infernal, en siniestra violencia y agresividad, en ignominioso esperpento de desolación y masacre, en brutal flagelo, o en diabólica inquisición no merece el menor respeto ya que demuestra ser incapaz de conciencia creadora o del más elemental raciocinio con la necesaria dignidad  moral o espiritual. Esto nos ha llevado a condenar acremente ciertas andanzas militaristas colonialistas que constituyen el peor baldón de nuestra supuesta era de avanzado cientifismo. Si es criminal tal actitud, no podemos sino reiterar que no sabríamos ser de otro modo, y de no tener derecho a expresarnos libremente en este mundo no tenemos el empacho en afirmar sin reticencia alguna que preferimos cualquier otro donde haya libertad de conciencia y el derecho a ser feliz con el pleno gozo de auténtica dignidad íntima del corazón así como de genuina serenidad mental. En materia de futuro, claro está, caben todas las esperanzas y especulaciones posibles.

Por lo que respecta a nuestra estancia en Cuba, creemos sinceramente que no tiene objeto de ser, aunque queremos entrañablemente este país que fuera para nosotros remanso de paz y refugio o exilio protector, y nos pesa en el alma  tener que irnos. Abrigamos a comienzos del año pasado la esperanza de desarrollar en Cuba un gran centro cultural de carácter Espiritual que hubiera sido centro de interés y de convergencia turística mundial, pero luego de constituir legalmente la ALIANZA RELIGIOSA UNIVERSAL nos percatamos de que no podíamos hacer gran cosa ya que no era propio desviar la atención de la gente de la solución de los problemas que la revolución se empeñaba en resolver ante todo. Además, viniendo las cosas a peor para nosotros, nos encontramos viviendo ahora de la asistencia en alimentos y medicinas que recibimos de otras naciones ya que ni podemos trabajar en este país ni disponer de los fondos puestos a nuestra disposición, y eso es extremadamente humillante para nosotros.

Anticipando su inmediata atención, restamos desear como siempre el mejor de los destinos para el pueblo de Cuba, y a la vez le deseamos a Ud. Señor Primer Ministro la mayor suerte en sus dignificantes empeños.

Sincera y Att.

Pr. OM Lind

Gran Patriarca Ecuménico Essenio
Principal de las Misiones Espirituales Universales

 

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