LIDERAZGO EN ACCION

La autodisciplina que en los actos de su vida distinguía a Paco Lucero no era producto del azar, ni heredada, como algunos comentaban al compararlo con su abuelo, un militar que participó en la Guerra de Corea. Era, como él mismo lo anotaba, una actitud hacia la vida que desde pequeño le había hecho entender, que con esfuerzo, responsabilidad y dedicación, las cosas se lograban, a veces con mayor y a veces con menor número de obstáculos, pero al final siempre se lograban.

Tal vez por ello, su familia siempre se acostumbró a ver en Paco Lucero el prototipo del hombre exitoso. Desde pequeño fue merecedor en las ceremonias de clausura de su colegio de todo tipo de distinciones. Ya como universitario, sus compañeros se asombraban de su gran capacidad de análisis a pesar de no ser un asistente asiduo a las clases y mucho menos a la toma de apuntes sobre las charlas de los profesores. Todo lo contrario. Poseía especial aptitud para seleccionar lo fundamental e importante de la lectura de un texto y para establecer de inmediato su relación con otros elementos conceptuales vistos en la misma o diferentes áreas de estudio. Pero ¿Por qué creemos que son excepcionales los seres como Paco Lucero y por qué la mayoría nos sentimos tan lejanos a la posibilidad de emularlos?

En una entrevista para identificar el joven Ejecutivo del Año a la revista “Poder y Fama", el propio Paco Lucero respondió: No creo que el secreto en mi éxito sea el ser más inteligente que los demás, porque de hecho todo ser humano, tiene el mismo potencial de inteligencia. La diferencia está, creo yo, en las formas como desarrollarnos ese potencial. En mi caso, lo primero que defino, es mi actitud positiva hacia el logro de las metas que me trazo. Por más obstáculos que encuentro, siempre los veo como la mejor oportunidad de avanzar hacia mi objetivo. En últimas, nunca me doy el lujo de desfallecer.

Lo segundo que considero fundamental, son los hábitos que he venido creando durante mi vida. Me creo un ser muy responsable. No quiero aparecer como engreído pero para mí la responsabilidad, entendida como el cumplimiento del deber que yo mismo me impongo para conmigo como para con los demás, es fundamental. Ello me ha permitido auto dirigirme y en la mayoría de los casos tomar las decisiones más acertadas.

Lo tercero que considero importante, es haber desarrollado una capacidad especial para identificar y seleccionar la información relevante. Claro, ello no lo he logrado de la noche a la mañana. Ha sido el resultado de muchas lecturas de diverso orden. Aquí quiero relatarles una anécdota: Ocurrió hace tres años, cuando ingresé al curso de maestría en la escuela de alta gerencia. No habían clases, no habían profesores y el currículo era totalmente abierto. Allí me encontré con un compañero de colegio que tenía la misma aspiración de diplomarse en la maestría. El día de la sesión de instalación él se mostraba ansioso por la llegada del profesor, por la entrega de los horarios de clase, por la cantidad de tareas que seguramente nos pondría, por la calificación mínima para aprobar y en fin, me pareció que a mi compañero no le habían pasado aún los días del colegio y en verdad fue así. La cara de decepción, pienso, más bien que de horror, cuando empezó a escuchar al coordinador, quien nos manifestaba que no había clases, que no había maestros sino tutores que nos facilitarían el autoaprendizaje y que la evaluación se trasladaba a nosotros mismos cuando entendiéramos logrados los objetivos propuestos en cada una de las lecturas y materiales señalados en la bibliografía para nuestra lectura y análisis, fueron suficientes para que abandonara estrepitosamente el salón. Nunca le he vuelto a ver, pero me contaron que sigue empleado en una oficina de correos municipales.

Lo cuarto que me parece relevante anunciar sobre el porqué de mi éxito, ha sido la constancia. Mentalmente me he preparado para nunca dejar las cosas a medias o mal hechas. Todo trato de hacerlo con el mayor esmero, buscando satisfacer mis propias exigencias, que por ser altas, generalmente satisfacen a los demás. Detesto la ineptitud y la pereza.

Un quinto aspecto lo construye la independencia para el aprendizaje. Tal vez ello lo arraigué durante la Maestría que les comentaba. Realmente me siento muy bien aprendiendo por mi cuenta. Indagar y buscar información es para mi toda una aventura que disfruto y no descanso hasta culminarlas. En esto no soy conforme y busco acceder a las mejores fuentes y medios para lograr el conocimiento que requiero.

Un sexto aspecto, que no quiero dejar pasar, es el sentido de utilidad que busco dar al aprendizaje logrado. A pesar de haberme enfrentado a contenidos y conceptos complejos, siempre he buscado en ellos aplicabilidad. Por más denso y abstracto que parezca, siempre un concepto tiene espacio de utilidad inmediata o mediata. Esto es bueno saberlo porque intrínsecamente motiva y ayuda a la consecución de la meta trazada.

El séptimo aspecto que debe considerarse, es el manejo del tiempo. No olvido nunca que el tiempo es oro y para los seres humanos cada minuto que invirtamos en nuestra formación es ganancia para nuestra propia vida: en cambio cada segundo que desperdiciemos en el ocio es enrutar al fracaso nuestra existencia.

El octavo factor que enumeraría, lo constituye la capacidad permanente para autodiagnosticarme, esto es que frente a la meta o el objetivo trazado trato de ser suficientemente honesto conmigo mismo para identificar mis debilidades y buscar alternativas para superarlas. Particularmente cuando estoy estudiando aplico tres instantes de autoevaluación: al inicio para medir y valorar mis conocimientos previos; durante el proceso para establecer el nivel de avance frente a las metas y al final para sentir cuánto nuevo he aprendido y cómo me he comportado frente a los objetivos trazados.

 Así, Paco Lucero, fue considerado el ejecutivo del año, no sólo por sus logros personales, resultado de una convicción positiva de sus propias capacidades, sino por cuanto su labor trascendió de comunidades marginadas.

El pensamiento autónomo de Paco Lucero no es privilegio de seres como él.

Todos podemos, usted puede; ¡atrévase!