CIENCIA Y CONCIENCIA
Revista de Filosofía Trascendental
Órgano Oficial de la Gran Fraternidad Universal (Blanca)
“Publicado por la “Sociedad Bodha de las Antillas”
Santiago de Cuba – Oriente
Presente Reedición publicada por:
ALIANZA UNIVERSAL, CULTURAL, HUMANISTA Y ESPIRITUAL Y
REVISTA ARIEL (www.revista-ariel.org)
Junio 21 de 2011
CIENCIA Y CONCIENCIA
Revista de Filosofía Trascendental
Órgano Oficial de la Gran Fraternidad Espiritual
Director: Juan Grau Castillo Administrador: Enrique Fernández C.
Santiago de Cuba. Oriente – CUBA
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Vol.1 Marzo 1937 (2480) No.12
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NOSOTROS
(A los sedientos de saber, de paz, de dicha, de fuerza; a los que no quieren ser del montón de anormales, anónimos o vencidos…)
Tomado de “La Solución” de Santiago de Cuba 15-01-1926.
Siempre de actualidad
Nos presentamos en la delicada arena del periodismo confiados en un decidido apoyo de parte del público, ufanos de miras benefactoras. Nuestro objeto es explicar, defender y divulgar el ocultismo racional.
¿Qué es lo que se entiende por ocultismo? – Lo diremos brevemente: es la ciencia secreta de los magos, estos sabios exegetas y ermitaños (sacerdotes – reyes) – jinas, mahatmas o arhats, Siddhis, yoguis o Devas, Bodisathvats y reformadores sociales- de Oriente: Ciencia – filosofía – religión de los grandes centros iniciáticos de pueblos y razas y continentes casi todos desaparecidos ya en la noche de los milenios transcurridos por culturas y civilizaciones sucesivas que fueron a no dudarlo mejores que lo que por tales se imponen en la apoteósica actualidad.
Ocultismo es el nombre común dado a la magia espiritual cuya filosofía y cultura llámase más propiamente esoterismo. Pero el Ocultismo racional que viene exponiendo por todo el mundo el cultivadísimo y elevado espíritu del Gran Maestro del Ocultismo Solucionista Prof. OM. Cherenzi – Lind en series de conferencias y libros, no es el ocultismo místico supersticioso y fantástico de los ignaros fanfarrones de la magia negra y desequilibrados mentales fanáticos de lo imaginario; no el ocultismo Solucionista es ocultismo racional – científico, trascendente, libro de dogmas, hipótesis, purismos misteriosos.
¿Nuestros propósitos? – Divulgar y defender las maravillosas conquistas y enseñanzas encarnadas en el verdadero ocultismo, en el esoterismo racional, depurado de dogmas caprichosos y de supersticiones, doctrinas hiperbólicas, metafísicas, votiva iconoclasta y misticismo afectivo --; carente de esclavizadoras ilusiones espirituales como de brutal positivismo materialista; ni borrachera mística en embotamiento material.
No padecemos de optimismo hipotético o quimérico ni de escepticismo subrepticio o calculista o negativo al infinito. No somos Deisteroides, más o menos esforzados, disfrazados o imaginarios, ni tampoco religiosaceos desesperados o bien convencionales – como ocurre cuasi siempre. Lejos las manías. Nadie debe creerse atañido ahí, pues no llevamos la mente de molestar o condenar a nadie, además no hacemos profesión de fe de fiscalizar las convicciones o tendencias de nadie por no darnos nuestras actividades tiempo para cosas tan vanas e innecesarias en provechos. La verdad no es peligrosa jamás. Nuestros principios y enseñanzas son novísimos, y renovadores, en el complejo y floreciente campo de la filosofía esotérica y ciencia psico – biológica que es el ocultismo racional (que tiene fases que suelen ser llamadas Orientalismo o Hinduismo); puede decirse revolucionarios, como ahora conviene, y felizmente, pues no hay revolución[1] verdadera que no implique una reforma intrínseca y que a la vez no instituya una mejoría positiva. La reforma cuando cabalga sobre la lógica ganando evidencias, es concluyente y necesaria. Este es nuestro objeto. En cuanto al problema, en el fondo, es uno que mella en la fe ciega pivoteada por misterios[2] y dogmas cimentados en fundamentos (prejuicios) creados por necesidades y caprichos que las profesiones (y la superstición y la ambición) han hecho indispensables.
Este órgano, en su género poligráfico y cultural sintético sincero y esencialmente moralizador, es el único publicado en idioma Español…
Y ¿Cuál es el fondo del ocultismo, es decir, el valor de sus proyecciones, su utilidad? – En esencia, el Ocultismo es un magistral arte de cultivar el espíritu, perfeccionar el ser, y desarrollar en grado máximo las formidables fuerzas que son la voluntad y el pensamiento, estas palancas de las demás facultades del espíritu. Quien conozca como nosotros las virtudes de la cultura espiritual, el valor de las disciplinas mentales y la trascendencia de los alcances de la concientividad kósmica, cual lo comprende el verdadero ocultismo, no tendrá dificultad en compartir con nosotros el parecer de que a mas de ser importante a los estudiosos sinceros y concienzudos el ocultismo, Solucionista, es indispensable al mundo, por su fondo conceptual y por su poder moralizador…
Aparecemos al escenario del mundo en medio del vaho y la metafísica lobreguez desconcertante de la antimoralidad, y la desorganización y desesperación de una situación mundial catastrófica; el desorden y el caos en todas las actividades y concepciones y apreciaciones humanas, y una villana propensión al crimen y al oprobio cunde en todas partes, mientras la ciencia se debate entre sus enigmas acompañada de la filosofía que se estremece de enfermizos abstrusos con sus hermanas menores el arte y la religión que se absorben cada vez más en sus mixtificaciones al servicio irritante del materialismo contemporáneo. Todo se siente
trepidar: aún las matemáticas sufren al asalto de la lógica, y hasta el planeta mismo parece malquisto cual si tuviera ganas de revertir sus polos y acabar con tan detestables vejestorios y producir nuevos continentes para una nueva vida.
La paz se hundió en 1914 en el océano sin fondo de la ignorancia, mientras la pavoneada sabiduría humana no era sino orgullo, vicios, ambiciones, odios, prejuicios, idolatría, superstición, ignorancia, trastorno mental y bajezas miles disfrazadas de virtud y elevación espiritual; y entre tanto los bandos militantes pretendían luchar en nombre de Dios, de la libertad, de la cultura y de la justicia, nació para oprobio eterno de la humanidad de las cenizas humeantes de los energúmenos paladines de una grandeza ilusoria y de los escombros del echafaudage más grosero y vano que haya envilecido jamás el haz del orbe[3], un misticismo enervante como eterno imperialismo ultrareal, un sentido de esclavitud estúpida en sustitución a la libertad ilusoria[4], un hipotetismo dogmático y categórico como base cultural, y en fin la opresión incondicional justificadora de todas las conquistas: de la fuerza de la sin razón…y sobre esas bases se acentúa la contienda económica, política, social y religiosa; guerra sociológica, ética y espiritual; las potencias se engañan entre sí con conferencias y pactos a través de complicadas tramas diplomáticas; Marruecos, en sublime rebeldía, lucha valientemente contra los extenuados conquistadores latinos; Siria y Palestina (¡¡¡) se irguen noblemente contra los comisarios vandálicos de la muy Cristiana sociedad que las civilizadas naciones imperialistas de occidente han erigido ante los fantasmas de la derrota que prevén entre los estertores de su rápida agonía frente a un nuevo orden de cosas que se anuncia en los países de Sol levante; Egipto, India, Turquía, China, más de media humanidad se insolenta y se dispone a sacudirse del yugo envilecedor de los déspotas superhombres de sangre azul y falanges mercenarias que se vanaglorian de su grandiosa civilización criminal, espoliadora e inicua que imponen a cañonazos o con barcazas de opio y alcoholes idiotizadotes….En Rusia, nació el reinado de los oprimidos triunfantes tras las explosiones nihílicas del odio comprimido por los inhumanos tiranos feudales, y por fin amenaza al mundo de flagelarlo de comunismo (y lo común se propaga fácilmente).
La gran civilización, a punto de cultos, explosionó para Divinizar la barbarie brutal de la tenebrosa y estigiana incultura que fermentaba en su regazo…y engendró y abortó ese monstruo común – común por atavismo y por general predisposición de la humanidad – que si no ha roído las entrañas que lo han gestado (la civilización) devorará por entero a su madre (la humanidad). ¡Ay! del mundo comunista y todavía sigue la cuenta. Por doquier, impera el positivismo utilitario más crudo y desolador; se piensa sólo en el beneficio personal, se alientan regionalismos estúpidos y se persigue un nacionalismo egoísta. Haití, Marruecos, África, Shangai, Irak, Arabia, Filipinas, todas las pequeñas colectividades gimen bajo el derecho de formidables imperialismos.
America, Inglaterra, Francia, toda la latinidad, son organismos tiranos regidos por la fuerza y el imperialismo del derecho de la fuerza; organismos trastornados por disensiones raciales, políticas doctrinas y vallas convencionales y de prejuicios; organismos atacados ya del mórbus común que se abalanza sigilosamente sobre el mundo con sus tenebrosas gestaciones de libertinaje, vulgaridad, y venganza en sustitución de estos “dogmas de biblioteca” que fueron las “síntesis” míticas: libertad, igualdad y fraternidad y entre tanto cunde en todas las esferas la más desconsoladora ignorancia…tal es la situación. Pero aparece a la vez una nueva aurora; se hacía necesaria una humanidad más razonable y más conciente, y una civilización menos bárbara e inconsecuente.
De tanta servilitud y acre morbosidad de ignorancia, desequilibrio mental y exaltación del atavismo brutal, debía la humanidad agonizar y abandonar sus bajas grandezas, y renacer en algo más edificante. Es lo que el esoterismo persigue. Ya lo sabrá el mundo…
¿Para quién es el ocultismo? Es para los bien intencionados consigo mismos y con los demás seres de la creación. El ocultismo no se opone a la ciencia ni a la religión ni a la filosofía; lo que combate es el empírico prejuicio, el misticismo supersticioso, el dogmatismo absolutivo y la ilusión sofística. No se rebela por intereses creados, más si por la ciencia de la razón contra estos. No se interesa en las actitudes religiosas, políticas, científicas o filosóficas: combate solamente los errores, las ilusiones, los vicios, el fanatismo y la ignorancia en todas sus formas. No es una acción física, es una cultura espiritual por la razón depurada e iluminada.
Todo estudioso sincero y concienzudo, estará con nosotros donde haya libertad de conciencia y pensamientos, donde la verdad no sea un crimen, donde la fraternidad espiritual no sea vedada, donde el bien no sea desdoroso, en fin, donde la bondad y la sed de justicia no sean un mito o nos haga indeseables. Y conste que de religión, de partido político, de filosofía y de ciencia no tenemos sino nuestro fervor por el estudio, por el cual nos sacrificamos a la verdad que buscamos.
El credo, el sexo, la edad, la raza, el pasado, la condición, para nosotros no son nada en quienes quieran estudiar lo que sabemos y vivir lo que enseñamos. No ofrecemos riquezas de rajahs ni el cielo a nadie, mas si algo más que la realización del “Omnia mea mecum perto”, del “Gnanti Shanton” y la “Comunión con la conciencia Kósmica.
Pero eso sí sobre todo, quienes aborden aquí con nosotros los problemas y los alcances de la realidad, deben colocarse así mismo en el terreno de la imparcialidad, es decir, más alto que los prejuicios y las vanidades, para poder estar serenos y apreciar debidamente la realidad en todo su esplendor que es la lógica. La verdad no dejará de ser porque la despreciemos o por que se la niegue; obcecaciones tales conducen al ridículo, y son propios de la ignorancia o del fanatismo místico.
El ocultismo no es empírico ni dogmático; no es místico ni sofístico; no es autoritario ni absorbente; es una filosofía – cultura del ser. No cree en el mejoramiento sin el encaminamiento mental; ni concibe evolución sin modificación sintética de la mente por la razón y el sentimiento ayudados. El ocultismo no se enseña e impone como lo hace el místico y el demagogo del positivismo en sus empeños pedagógicos, pero se hace realizar, percibir, concebir, compenetrar; no es una “ciencia de todo es ciencia para todos”: no es dogmatismo absolutivo es generalidad aprehendida. El ocultismo no es fruto del instinto, de la imaginación o superstición, de hipótesis fundamentales o de la intuición ilusionaria, es sistema forjado por la razón conciente y para la evolución dignificante mediante la lógica que es la luz de toda verdad.
Los ocultistas tenemos este único objeto; la ciencia, y por único motivo: el perfeccionamiento del ser, individual y colectivamente. Con estos propósitos queremos divulgar y explicar nuestras concepciones sobre Prana, Akasha, Maya, Karma, Yoga, reencarnación, Telepatía, Hilozoísmo, trasformación evolutiva, Kosmogonía, psicobiología, y demás verdades esotéricas que se enseñan bajo el nombre de ocultismo solucionista, conquistas espirituales de la sabiduría oriental que si bien no concuerdan completamente con las ilusorias verdades aceptadas de la ciencia oficial tampoco contrarían a la más sana e irrebatible lógica.
Fieles servidores de la verdad, lo que nos importa es que hayan sinceros baluartes de la ciencia, que la ciencia sea vivida y que la verdad sea buscada por la ciencia.
Se aproxima para la humanidad un gran despertar; tras la tormenta debe aparecer la claridad, al caos sucede la armonía, al desconcierto sigue la serenidad. Toda a su fin la actualidad disolvente y caótica de la idiosincrasia humana en sus desconcertantes aspectos económicos, éticos y racionales, maremágnum turbulento e irónico de problemas, errores, vanidades y miserias; con sus trastornos sociales y bárbaros esclavizamientos de colectividades ahítas de libertad y ufanas de luz, con sus misticismos soporíferos del entendimiento supersticioso y excitantes del instintivismo servil, e idólatra, y con sus cientifismos calculistas y teorizantes de dogmas e hipótesis porísmicas: caudal inmenso y complejo de errores, ilusiones y convencionalismos que solo sirven de paliativo cuando no de morbosidad a las miserias de la ignorancia – pues solo de la ignorancia dimanan todos estos vicios y enfermedades que hacen del mundo una inmensa clínica y de la humanidad una peligrosa anormalidad… y siguen los hombres de ciencia cavilando y devanándose los sesos: para acabar de comprobar que van de error o que (como siempre) estaban en el error, mientras los religiosos se hallan engolfados en sus deslumbrantes verdades verbóreas calcadas de polvorientos escritos milenarios, pero el mundo sigue mal y peor. Y ¡creer que hay quienes creen que por el verbo candente de profetas y mecías o por el autoritarismo tiránico o bien por el modernismo de laboratorio la humanidad va a modificarse como por ensalmo cual si su mal fuera uno como el que se remediase al simple cambio de camisa o por un aparatoso embozamiento de sus rebeldías, flaquezas y poderes. Para creer en semejante disparidad fuera preciso hacer a la humanidad dócil y algo mejor que abyecta y satisfecha en su indiferencia.
Léanse los hechos diarios en los periódicos, y consulte cada cual con su propia conciencia, o si teme la vergüenza, búsquese en lo íntimo de todos los que conocemos.
Nos hemos avanzado con franqueza; no precisamente por pesimismo o por complacencia ante la catastrófica realidad actual del mundo, sino para describir el bajo fondo mefítico y morboso que se esconde tras los problemas que alimentan a la humanidad.
El factor causal de todo, es el antropomorfismo instintivo, aliado de la ignorancia.
La triple manifestación triunfante de este gran factor causal es de Misticismo, comunismo y desconcierto. Cuanto más miramos de fondo este terrible mal de la humanidad, más vemos agitarse en su espíritu el espectro bárbaro y letal de la demencia. ¿Quién puede contradecirnos ante tantísimas mixtificaciones, vulgaridades e incertidumbres en que se debate la mente humana en estos preciosos momentos en que los dogmas, el despotismo y la incertidumbre están de moda y parecen abrumarnos desde lo alto de los cielos en acecho de nuevas hecatombes y colmar la débil vanidosa y pretenciosa humanidad de mayores miserias? ¡Oh, eterno 1914 – 1818¡
Nosotros pensamos ser muy útiles en remediar todo esto. ¿Querrán ayudarnos las personas bien intencionadas? A lo menos, pedimos se nos atienda, y después, entendiéndonos, llegaremos a Solucionar todos estos males y problemas. Es lo que perseguimos los ocultistas solucionistas…
Los estudiantes de lo místico y los buscadores de la real verdad podrán hallar en nosotros fieles expositores y guías, siempre que les anime pureza de intención y elevada mira o a lo menos sincero anhelo de perfección y firme decisión de ser buenos, de vivir a la altura del grandioso objeto que perseguimos.
Los pretendidos cientistas, los fariseos de lo especulativo, los espiriteros y mistagogos explotadores (o victimas) de la fácil credulidad, los místicos híbridos de la demencia materialista, acoplada al espiritualismo enclenque de la extremada corrupción moral moderna, los estúpidos realizadores de las estigianas prácticas y criminosos rituales de la magia negra, brujería o hechicería, en fin, los que pretenden - - - Vgr: cosechar frutos maduros de nuestro huerto, o sea valerse de nuestras enseñanzas para dar satisfacción a sus ambiciones o intenciones libertinas, se convencerán de que no conseguirán absolutamente nada con nosotros.
No se debe equivocarnos con los hechiceros de arrabales o con los charlatanes de feria. Hay la ciencia Oculta u ocultismo y las ciencias ocultas o brujería.
La brujería, práctica de anfitriones mistagogos y demagogos de tinieblas, es un empirismo de ignaros cuya teoría se cifra en alcanzar el objeto de su venalidad y pasiones maléficas basada en conocimientos adquiridos en largas prácticas de ceremonias invocatorias y criminales durante estados mentales anormales y morbosos; en orgías y alucinatorios contubernios y pactos con irreales entidades del mundo invisible; en supuestas comunicaciones con seres desencarnados y espíritus de otros mundos; en pretendidos poderes adquiridos de imaginarias potencias ultraterrenales; en maleficios forjados con sus malévolas pasiones y efluvios anímicos y astrales y mezclas de ingredientes venenosos y condumios hechos a base de víctimas de crímenes, y por blasfemias y maldiciones: conjunto de artes tenebrosas que tienen por nombre necromancia, hipnotismo, maleficio, cartomancia, sortilegio o magia negra.
El ocultismo es todo lo opuesto. Es una profunda realización de lo íntimamente concerniente a la naturaleza y una excelsa cultura del ser: intensa moralidad y sacrificio por la ciencia; espiritualismo acendrado y guerra al misticismo supersticioso y a la ignorancia; razonamiento y progreso incondicional.
El verdadero ocultismo, el racional o Solucionista, el científico, que defendemos y divulgamos, no tiene nada de absolutorio, ni de arbitrario ni de falaz, y huelgaría confundirnos con los criminales de la ciencia y destructores de la moral, cuando más bien, sobretodo, somos sin exageración ninguna de los más pulcros defensores y expositores de la moral sin segundos objetos. Recalcamos sobremanera sobre lo que acabamos de decir pues deseamos que sirva de advertencia a todos.
Por lo demás, todo el mundo recibirá de nosotros un beneficio insospechado, imprescindible para todo verdadero interesado en la Verdad.
Los estudiosos avanzados en religiones, arte, filosofía, sobretodo los adictos al hinduismo, la Kábala, el hermetismo, y todas las doctrinas éticas y ontológicas de oriente tanto como de occidente, tanto los teósofos y los Lamaístas como los monistas y los materialistas más aferrados y recalcitrantes, en ética o en teoría hallarán en nosotros útiles servidores fieles y nobles siempre dentro de nuestra divisa racionalista.
La ciencia oficial, quizás, seguramente, nos hallará en pugna con ella. Esto dependerá de los terrenos escogidos. Pero le auguramos difíciles ratos, pues tenemos en reserva más de una prueba contra ella, y también tenemos en mente ánimo más que suficiente para imponernos en nuestros anhelos de depuración de la mentalidad humana. ¡No hay ningún mal en eso!
¡Depurar la mentalidad humana! - - Hemos dicho. Esto es mucho decir. Pero es lo que la humanidad necesita sobretodo para salir, librarse, salvarse de la brutal realidad de ridículos y desconcertantes problemas que la acosan y la corrompen que la alocan y la condenan a la más vilipendiable de las miserias: a la miseria espiritual tolerada y alimentada. ¿Somos demasiado duros? No. Somos justos. Solo la ignorancia puede alimentar el crimen y la locura como los presenciamos en el mundo hoy en día como si fuesen cosas naturales … pero esa ignorancia, tiene otros males. Ya los descubriremos …
En política no somos nada…En religión no somos nada…
Sí, somos algo: somos libres. No queremos ser nada en los embrollos y desesperaciones convencionales y materialmente interesados.
Estamos para estudiar; no para discutir y alentar sentimientos de hegemonía o autoridad.
Hemos dicho bastante para que se sepa qué somos y a qué venimos, y para que no se nos equivoque. Caso de que esto sucediera, de seguro que implicaría error, desconocimiento de lo que somos y mala fe para con nosotros. Pero estamos recién en la presentación. En adelante podremos ser más amplios y satisfacer a la razón en cualquier terreno que nos enfrenten.
Réstanos dar nuestro especial saludo a los poderes organizados que simpatizan con nuestras miras, a los Rosa – Cruz, a los Teósofos, a los Espiritistas, a la Masonería, a los Odd Fellows, a la Comunao Esotérica Do Pensamento y a los cristianos de conciencia y a todos los bien intencionados, a quienes deseamos venturoso porvenir y buena voluntad para cooperar con nosotros al progreso de la ciencia y la realización de la Fraternidad Universal.
La humanidad necesita enmendar sus rumbos, y esto lo conseguiremos surcando la conciencia de todos con la razón regeneradora y embebiéndola de lógica Ilumínica. Cumplamos, en fin el pensamiento supremo del Gran Maestro del Ocultismo Solucionista.
LUZ, PAZ, AMOR Y CONCIENCIA A TODOS LOS SERES.
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La evolución de la Humanidad reviste en el pensamiento moderno las características vitales de la evolución de un Gran Ser, de una Unidad Biológica.
La evolución de los individuos, de los egos humanos, es en gran parte función de la Evolución de la Humanidad en general y del grupo social en particular.
No es posible el pleno conocimiento de sí mismo sin el conocimiento del Medio Circundante.
Los factores contingentes que ubican al hombre en el seno del grupo: posición social, económica, cultural, etc., - - lo que en lenguaje teosófico son factores del Karma – son determinados substancialmente por el grado de desarrollo de la conciencia colectiva de la organización social.
DR. ELGUIN
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LA PROFECIA DE HERMES
“Día vendrá ¡oh hijo mío! – dice el Tres veces grande Trimegistus - - en que los misterios contenidos en los sagrados jeroglíficos egipcios no vendrán a ser más que ídolos. El mundo entonces tomará equivocadamente por dioses a los santos emblemas de la ciencia, y acusará al Egipto de haber adorado a monstruos infernales. Pero aquellos que de semejante modo nos calumnian, adorarán a la Muerte en lugar de adorar a la Vida; seguirán a la locura, en vez de practicar la sabiduría; atacarán al amor y a la fecundidad; a manera de reliquias, llenarán sus templos con huesos de hombres muertos, y en soledad y llanto malograrán a su juventud. Sus vírgenes serán viudas (monjas) antes de ser esposas y ellas se consumirán en el dolor porque los hombres habrán despreciado y profanado los sagrados misterios de Isis”.
Esta profecía está cumplida al pie de la letra.
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EL SIGLO DE SISEBUTA
Por el Conde CARLOS MALAKOFF
A mi dilecto amigo el Prof. OM Cherenzi - Lind.
Hubo un periodo de grandeza en la humanidad en que florecieron las artes y las industrias como nunca. Hubo en este periodo un gestor de miras tan levantadas, que toda Grecia, cuna de aquella grandiosidad, se creyó en el deber de abarcar el poderío alcanzado proclamándolo a un hombre autor de toda aquella grandeza. Me refiero al siglo de Pericles. Allí se proclamaron las doctrinas más sabias; el teatro levantó más alto su tinglado; las ciencias abrieron surcos; y todo en fin se hizo grande merced a ese imperativo superior que domina o abate el alma de los pueblos. Era entonces un deber pensar, estudiar, superarse.
Hoy, desgraciadamente, ocurre lo contrario. Pensar es un oprobio. Por toda conquista intelectual, complace la adquisición de un título, obtenido aunque sea de limosna, entre vergüenzas, adulaciones o sobornos. El título es la varita mágica capaz de convertir en oro los riscos del camino. O la lámpara de Aladino susceptible de producir con un ligero frote, el encantamiento de las burdas materialidades. Título, pues, y no sabiduría, es lo que se pretende.
No es extraño, pues, que llegase Sisebuto y dominara. Ella es más bien producto del siglo. Es un personaje representativo. Ni Dickens, gran colorista y creador de tipos, impuso tanto un personaje, como ese dibujante que ha modelado la Figura de Sisebuta para llenar las vacuidades del siglo…Sus gazmoñerías, zalemas, y ridiculeces forman la literatura de una época. Se sigue con avidez la sincrónica narración. Don Quijote y Sancho han torcido el rumbo, desplazados por Sisebuta, don Trifon y Dinty Moore. Entre estas tres figuras, se reparte la atención pública.
Las expansiones espirituales que su relato proporciona es el mejor termómetro para medir el grado de afición espiritual. Acaso prueba ello el cansancio intelectual que hoy sentimos. Parece que llegará refrescando el rescoldo de pasiones devoradoras.
Todo se ha concentrado en las “Pequeñas delicias de la vida conyugal”. Acaso también porque en estos episodios rueda algo de nuestra propia vida, esta vida inferior, ganglionar, sin ambiciones superiores, sujeta a la grosería que sugerimos presume de aristocracia con un alma zafia, enmohecida de vulgaridad social y de intenciones mundanas.
El pobre Trifon, dominado, subyugado, flota, es otra figura emersoniana, representativa. Sus pasividades orgánicas delatan la subversión de valores sociales. Dinty y Moore son la personificación de lo inútil.
Y en esta trilogía hundimos nuestras más caras aflicciones.
Es el siglo de Sisebuta. Esta mujer extraordinaria - - una Lucrecia Borgia supeditada a su temperamento incongruente - - domina hoy. Se ha hecho acreedora al rastracuerismo. Sus desplantes desfiguran por su hosquedad. El primer aliente del lector es para la magra esposa del manteado Trifón.
Rueda su vida en el comentario general, como si fuera una nueva Catalina de Médicis. Aterra su rodillo, arma burda de sus vengativos planes conyugales, Sisebuta es el alma y fuerza del hogar, al que Trifon, el inferior Trifón no llega sino en demanda segura de caritativa merced.
Hasta inmortal es el episodio: Influye en el hogar. Los Trifones se forman en el silencio de sus vidas inferiores y pusilánimes. El ejemplo edifica. Este es, pues, el siglo de Sisebuta. Siglo que no tiene otra prerrogativa que la ausencia del carácter. El siglo de la pobreza espiritual.
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LA MAGIA OCULTA DE LA CARIDAD
Desconocido por la gran mayoría de los seres humanos es el gran beneficio tanto en el orden espiritual como material que obtiene el que es de costumbres dadivosas. No en vano casi todos los sistemas religiosos encabezan sus preceptos encareciendo lo que llaman la virtud de la caridad.
Partiendo del axioma bien conocido por cualquier principiante de filosofía Oriental de que “el pensamiento es una fuerza”, como lo es el vapor o la electricidad, y que “actúa en forma de circulo retornando a aquel que lo emitió”, nos encontramos que cada vez que damos o satisfacemos una petición, retorna sobre nosotros beneficiosamente ampliado el pensamiento nuestro unido al de aquel que la recibe en el momento de satisfecha la petición, o después, aunque más tarde el beneficiado lo olvide por falta de memoria o por ingratitud. Estas fuerzas afectan nuestros cuerpos fluiditos y los bañan doblemente dada la afinidad de las mismas con nuestro “yo interno”, a quien hacen vibrar al unísono, y se trasforman generalmente en salud, tranquilidad de conciencia, y también en ese factor tan deseado como grandioso, que el vulgo conoce con el nombre de “buena suerte”.
Podemos dar constantemente en muchísimas formas, aunque estemos, como se dice, sin un centavo en los bolsillos. No siempre las dadivas materiales son las más beneficiosas, aunque generalmente en este “pícaro mundo” vengan casi siempre tan oportunamente. Nuestra mente puede ser manantial inagotable de amor y siempre encuentra recursos quien esté presto a darlos. En los actos más vulgares de la vida hay una constante oportunidad para los que quieran dar. Cuando saludamos con afecto a un amigo, aunque sea desde lejos, podemos mandarle nuestros deseos de buena salud, así como de que consiga todo lo bueno que se propone durante el día. Cuando cedemos nuestro asiento en un carruaje a un anciano o a una señora con un niño en los brazos, cuando contestamos afablemente a quien nos pide una dirección, damos un consejo sano a una persona atribulada o a un menor, prestamos algún libro o folleto edificante, cuando visitamos un enfermo y le llevamos aunque sea un deseo ferviente de salud damos una orientación para quien necesita trabajo, o proporcionamos alegría con una charla amena y constructiva, en fin cuando hagamos o pensemos “algo” que beneficie a “alguien” damos. Así es que no hace falta tener dinero para “dar”, lo que si es que debemos educarnos y acostumbrar nuestra mente a “dar” y a sintonizar siempre con todo lo que signifique “dar” o sea amor para nuestros semejantes.
En el campo mental sucede lo contrario que en el físico, y así como un objeto material se va agotando según vayamos tomando parte de él, en el campo mental entre más demos, mayor cantidad de fuerzas recibimos para seguir dando, tal parece que al retornar el pensamiento en su ciclo a la fuente que lo emitió, viene agrandado, con los de los que beneficiaron del mismo y que según vamos canalizando más y más esas energías, nuevos torrentes, cada vez más abundantes, se abren paso para expresarse por nuestra mediación.
Eso si, dar sin esperar compensación, ni agradecimiento, sino de una manera espontánea cumpliendo solamente con el mandato de nuestra conciencia. No queremos decir que debemos dar siempre, pues en ciertos casos una ayuda prolongada a quien esté san y en disposiciones de trabajar, contribuye a fomentar la vagabundearía, quitándole el acicate de la necesidad. Realmente se necesita en la mayoría de los casos tener conciencia de que se va a hacer un bien y no un mal con prestar determinada ayuda, pero mientras no se tenga esa conciencia es preferible pecar por ser dadivoso que por tacaño. La intención es siempre salvadora.
Dichosos aquellos que ya han aprendido a “dar” en la mayor parte de las circunstancias de la vida. La vida tan dura para casi todos se convierte para ellos, por esta magia, en manantial de todo lo bello y bueno, los escollos en alfombras floridas, y por doquiera que van, la Naturaleza los reconoce como aliados y les devuelve con creces en mil formas diferentes todo el amor que han sabido sembrar.
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A PROPOSITO DE LOS BUDAS VIVIENTES
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El escepticismo en Europa ha tomado con ironía, frecuentemente, las cuestiones orientales sobrepasando la norma de la comprensión popular. Así, ha ocurrido respecto a los Budas Vivientes que algunos imaginan ser irrisorios y supersticiosos personajes. La prensa ha contribuido, a menudo, a la propagación de estos errores en su eterno deseo de satisfacer la curiosidad mórbida de sus lectores. Es, pues, necesario, protestar sencillamente contra estos errores y elevar la antorcha de la Verdad para que disipe todas las necedades y prejuicios.
El muy Santo Hutulktu KWANG HSIH, Buda Viviente, que visitará Paris el presente año 1937 con motivo de la PRIMERA CONVENCION INTERNACIONAL BODHA, nos ha autorizado para hacer las siguientes aclaraciones sobre esta cuestión.
Lhassa, no es, contrariamente a la opinión corriente, la verdadera capital religiosa del Budismo. El verdadero Centro es Chygatzéh, en donde debieron refugiarse los Tdashi Lamas perseguidos por los Dalai Lamas. Estos últimos, son precisamente posteriores a los Tdashi: la ortografía correcta es, Tda – Shu o Teshou, que fueron creados por Tzong – Kha – pa, fundador de la secta de los “gorros” “amarillos”, que murió en 1417, mientras que los Dalai fueron creados por Nabang – lob – sang, que nació en 1617 y murió en 1682. El título, o más bien, el cargo de Dalai Lama es debido al Emperador Chino Khublai Khan, a titulo político, en el siglo XIII de la Era Cristiana, pero no llegando a ser un cargo religioso oficial hasta mucho más tarde. Para hacer una rápida historia veamos como el Budismo se introdujo en el Thibet a partir del siglo VII llegando a tomar un gran incremento. El Rey de aquel tiempo Srongbstengam–po edificó su palacio sobre la colina de Potala, en Lhassa. Sobre el emplazamiento y ruinas de éste palacio se eleva hoy el palacio de los Dalai Lamas, construido por el 5º Gran Lama: Navang - Lobzang – gyatso. Pero con motivo de las luchas que provocaron los señores feudales del Thibet, intervinieron dos poderosos personajes de aquel tiempo y se repartieron el poder. Estos fueron los Jefes, Grandes Lamas, de los Karmapas y de los Sakyapas. El jefe de estos últimos fue apoyado por el Emperador Chino de la Dinastía Mongola Khublai Khan, antecesor del Venerable Kwang Hsih, reuniendo de esta forma los más elevados poderes temporales. Pero 80 años más tarde, la dinastía de Khublai Khan fue reemplazada por la de los Ming y estos mediante una serie de torpezas políticas dieron lugar a poner frente a frente a varias sectas semi políticas y religiosas que ocasionaron gradualmente verdaderos conflictos poniéndose en contra del Budismo y el Lamaísmo. En 1335 nació el que debía llegar a ser el Reformador de ésta situación: Tzong –Kha- pa. El Budismo se confundía en muchas circunstancias con la religión Bhom – pa practicada por las tribus salvajes del Thibet. Los Lamas políticos se habían aprovechado de ellos para crearse una autoridad que se decía espiritual, y los elementos más groseros mancillaron la pureza de la Enseñanza de Gautama Buda, que Kasyapa había introducido el primero en el Thibet. Pero el espíritu de reforma impuesto por Tzong – Kha- pa no fue aceptado, desgraciadamente, por todo el mundo. Previendo entonces Tzong – Kha – pa que la verdadera Doctrina tendría algún día necesidad de un refugio seguro, edificó su Monasterio en Gahlden en el fondo de un círculo de montañas. Allí murió y fue sepultado. Su sobrino Khasdubdjé le sucedió como Señor Abad, Jefe de la secta de los “gorros amarillos” y transfirió la sede monástica a Dé – Poug. Después de esto, un niño llamado Gédoum – gyé – tso, fue proclamado por primera vez la reencarnación del Superior difunto, según una innovación con miras a asegurar la autoridad de las “eminencias grises” que influían en el Señor Abad y cuyos visados políticos eran mantenidos cuidadosamente por los disidentes del difunto Tzong – Kha – pa. La sede pasó entonces oficialmente al Monasterio de Dé – poug. En fin, como hemos dicho anteriormente, el 5º Gran Lama de ésta serie se estableció en Lhassa, en donde sostenido igualmente por un protector Mongol se declaró un avatar Bodhisattva Tchenrézig apropiándose de los poderes temporales y espirituales, bajo el nombre de Gyelba Rimpotch’é, o Dalai Lama, que es el nombre Mongol.
Evidentemente, todo esto restó influencia a la Enseñanza del Buda, y semejantes actos debilitaron el verdadero Budismo en provecho del Lamaísmo. Para evitar las amonestaciones de su antiguo preceptor Lozang Tchoikyi, el nuevo jefe Nozang – Lobzang – Gyatso le nombró Pantcham Rimpotch’é, es decir, Regente eventural del Thibet, dándole como patrimonio el Monasterio de Tad – Shi – Lum, o cerca de Chygatzeh, y el gobierno de la Provincia de Tzang. Esta situación creó roces inevitables entre éstos dos poderes, pues mientras los Dalai Lamas (enumeró de 12 hasta hoy) se manifestaron, en general, como bien poco escrupulosos servidores del Budismo, preocupándose sobre todo de cuestiones políticas y de intrigas palatinas, en cambio los Tdashi Lamas (según el nombre que les dio después su Monasterio) fueron y son ante todo, los Sabios, religiosos y filósofos que han abandonado todas las prerrogativas temporales. Inglaterra intervino en 1904 para anunciar la caducidad del Dalai Lama en fuga cerca de los rusos en Ourga, y puso en su lugar a Pancham Lama. Pero mediante el pago por China de una fuerte indemnización de guerra, el Dalai Lama ocupó Lhassa nuevamente. Actualmente, como ya hemos dicho repetidas veces, no hay ningún Dalai Lama después de la muerte del último. Los Monasterios disidentes han hecho grandes esfuerzos para implantar en Lhassa su soberanía con el pretexto de una nueva reencarnación del precedente Dalai Lama en el cuerpo de un niño. Pero todo ensayo de éste genero es una impostura. El solo y único representante del Budismo, hoy en día, es el Tdashi Hutulktu KWANG – HSIH, designado por el Gran Consejo de Jefes y Gompas del Thibet, de una parte, y por el Gran Consejo de los Santuarios Budistas de Asia, por otra. Nosotros no ignoramos que los ensayos disidentes son debidos a ciertas maniobras extranjeras, como el Japón que tiene sus miras puestas en la conquista del Thibet, debiéndose tomar, por consiguiente, las debidas precauciones a éste respecto.
El titulo de Buda VIVIENTE (Hutulktus) no tiene pues nada de misterioso, ni supersticioso. Eso de “papá del Budismo” es ridículo, pues nunca los Dalai Lamas ni los Tdashi Lamas han sido investidos de poderes para imponer creencias a los fieles o excomulgar a los que no aceptan sus puntos de vista religiosos. Esos poderes no existen en el Budismo, ni incluso en el Lamaísmo por degradado que haya podido estar en ciertas épocas, pues siempre ha sido intransigente en éste punto. El solo predominio espiritual que han tenido ciertos Abates es honorífico, e incluso el título de Jefe no corresponde a ninguna función oficial en materia religiosa. Ellos fueron y son Santo Protectores, las encarnaciones de Maestros Espirituales, venerados como tales, y poseyendo por consiguiente, un gran bagaje intelectual y espiritual, tanto exotérico como esotéricamente. Según su grado de alta sabiduría, hay 32 Hutulktus o Budas Vivientes; estos 32 reunidos forman el número 33 teniendo en cuenta el espíritu de la Presencia Universal. La F…M… de Occidente no ha hecho más que imitar esto al establecer sus grados. Los 32 Budas Vivientes son pues los Jefes morales de las diversas secciones del Mundo Budista, y han sido designados por el Gran Consejo de los Santuarios Tibetanos, Tártaros y Mongoles. Su solo objeto es de laborar por la unión de los poderes espirituales en el mundo entero.
Las alusiones hechas de los Sabios ( o Ancianos) cuya misión es la de encontrar al “niño” que haya servido de reencarnación al precedente Dalai Lama es un simbolismo que se explica en los siete libros de la Sabiduría, simbolismo que han tomado como siempre al pie de la letra la mayor parte de los autores europeos, en vez de buscar y penetrar su significación! Asimismo, si el niño “reconoce” ciertos objetos que pertenecieron al “difunto”, ello significa sencillamente que en todo sucesor a los poderes espirituales, es necesario tomar en consideración el grado de realización Búdico, es decir, encontrar Adi – Buda, ser de gran alcance BODHA (conciencia espiritual). He aquí, pues, algunas de las primeras rectificaciones sobre las tonterías y falacias que hay esparcidas por todo el mundo sobre las cuestiones del Thibet. Otras rectificaciones seguirán a éstas. Esperamos que se querrá comprenderlas!
ROGER LIEVENS
Director del Centro Bodha de Europa
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FILOSOFANDO
Pocas personas han podido apreciar el verdadero valor. Esta palabra de gran trascendencia moral e individual, representa sin embargo bien poco en la gran esfera del mundo. Los más, si les hiciéramos esta pregunta, nos responderían que está en el lucro social o por mejor decir en el mental. Es tan poca la consideración que le resta a esta clase de valía que realmente cuando consideramos esto, podemos comprender el verdadero punto de apoyo del individuo. Somos realmente tan pequeños, tenemos tan poco concepto de nosotros mismos, que nos contentamos con adherirnos cada vez más al suelo en que pisamos; estamos tan altos que no queremos mirar el cielo y contemplar sus infinitas grandezas, ni las innumerables maravillas de la Naturaleza. Nuestra alma se contenta como el gusano en arrastrarse vilmente por la escoria mundana.
No queremos realmente ponernos en contacto con esa parte de la vida, en que abandonamos un tanto nuestra triste condición. El cielo se cansa de mostrarnos sus infinitas bellezas; el mar como una inmensa pupila azul no cesa de mirarnos; el ave canta, vuela, se mueve sin cesar, el viento se agita y la noche nos brinda su silencio y su paz; pero todo, en vano, nosotros seguimos cual turba loca, el ruido incesante de nuestra raza, porque queremos confundirnos en ella, que nos arrastra al hastío.
Huimos de todo aquello que nos engrandece, abandonamos una buena música, un gran libro, o cualquier otra maravilla de igual índole, para buscar todo aquello que nos roba la libertad y nos hace cada vez más inútiles y más pequeños.
¿Cómo podremos nosotros comprender el verdadero valor cuando las miras de nuestra consideración, se rebajan a tan estrecho límite?
¿Qué entenderemos nosotros del valor cuando sólo nos ciega el brillo del metal?
¿Qué nos diría un antropomorfo u otro animal, si nosotros le hablásemos del valor, y él nos pudiera contestar?
Sigamos nuestra ruta de alegría o tristeza, de trivialidad o grandeza, pero nunca confundamos la luz con la oscuridad?
Berha Carames Cárdenas.
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UNA INVITACION A LA SALUD
“La mente es una matadora de gentes”, declaró el Dr. Robert G. Jackson de Toronto, en la última de sus pláticas en la Y.M.C.A muy recientemente. “Invitamos a las enfermedades con nuestros malos hábitos de vida y con nuestros temores. Además de vivir fuera de la armonía con las leyes naturales, acrecentamos los resultados con obstrucciones mentales de enfermedades”.
Creencia y fe, son los más grandes poderes sobre la tierra.
Si creéis como yo creo que soy, la hechura de un perfecto creador, vuestras celdillas vibrarán en una unidad de perfección.
La Fe, es de mucho mayor poder.
Creéis en una enfermedad como una entidad. Esto es destructivo. La Fe es siempre constructiva. Es una fuerza en toda medicina y práctica médica. Los milagros de Sta. Ana de Beaupré y los de Lourdes son simplemente una respuesta a una ley natural”.
Setenta y ocho años tiene este médico quien dice que sus primeros 50 fueron desesperadamente estropeados por la artritis y serios trastornos cardiacos y ahora asegura que desafía las enfermedades y es inmune al frío y al calor. Su fórmula para la salud es una vida correcta, una dieta correcta y una actitud mental constructiva.
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DEBILIDAD ATRACTIVA
En la debilidad de la mujer hay una potencia atractiva que la fuerza del hombre sufre con asombro, que lisonjea y maldice él alternativamente como una tiranía, porque costaría demasiado a su orgullo reconocer en ella una ley providencial. Los archivos del género humano, epopeyas, historias, leyendas están llenos de brillantes testimonios de ese encanto misterioso. Eva y María, Minerva y Venus, Las musas y las Sirenas, Armida y Beatriz, Cleopatra y Juana de Arco son sus figuras inmortales.
La mujer está más cerca de la naturaleza que el hombre. A despecho del Génesis, dan tentaciones de creer que ella le ha precedido en el orden de la creación. El influjo que ejerce, como sin darse cuenta, participa de las influencias naturales. Sus ojos tienen las fascinaciones del mar, su esplendida cabellera es un foco eléctrico; las ondulaciones de su cuerpo rivalizan en gracia y flexibilidad con las curvas de los ríos y los enlazamientos de las lianas.
Conviene, pues, que la mujer no pierda la debilidad del sexo…
En esa debilidad reside un mucho de sus atractivos. Es pues, conveniente conservar sin mengua esa cualidad, ya que en ella puede fundar el éxito de todo propósito femenino, y, por otra parte, constituye aquella un valioso tesoro que la mujer debe defender con todo entusiasmo.
COMENTARIOS: Por ello vemos con verdadero disgusto mujeres por tanto fusiles y manejando otras armas de guerra en la lucha actual española. Entendemos que la misión de las mujeres en casos de guerra debe concretarse a la cruz roja, y todo lo más en sustituir a los hombres dentro de las ciudades en determinadas labores, pero nunca ser instrumentos de exterminio tan contrario a su verdadera misión sobre la tierra.
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MEDITACION
La meditación es la 6ª rama del Sendero de la vida perfecta.
La Meditación es un estado mental activo alrededor de un pensamiento determinado. No se debe confundir con la Concentración, que no es más que la retención momentánea de nuestras facultades, mejor dicho, de nuestro dinamismo mental alrededor de un motivo cualquiera. En cuanto a la contemplación, es un estado más elevado que la Meditación, como lo implica el término.
La Meditación puede decirse que es la base del Budhismo, pero el método puede variar según las Escuelas Filosóficas. Es así que en el Thibet, el sistema Ch´An (que los japoneses llaman ZEN, y los hindúes DHYAN), varía muchísimo del método contemplativo, pasivo y así mismo votivo de los budhistas tradicionales de Birmania y de Ceilán, y todavía difiere más de los sistemas místicos de Occidente donde la meditación no es más que una simple repetición mental de un cierto pensamiento, o bien un estado pasivo o receptivo mental que es de los más perniciosos cuando se conocen los resultados de tal práctica.
La Meditación es una ciencia en sí misma. Ella implica una Concentración absoluta sobre un pensamiento único. “Cuando no hay distinción entre el sujeto y el objeto, entre el que medita y la cosa meditada”, el objetivo es alcanzado. Meditar, es abstraerse en el objeto de nuestra meditación, en nuestro pensamiento mismo: es vivir en la esencia de las cosas identificándose con ellas. Esto, solamente, conduce al perfecto conocimiento, y por ahí solamente se llega a la Vida Trascendental, perfecta, que está más allá del fenomenalismo, diferenciaciones, confusiones intelectivas y distinciones ilusorias.
Es inútil esforzarnos aquí de explicar mejor lo que es la Meditación. Para conocerla mejor es necesario practicarla. La Meditación es una función, no una teoría o simplemente un método de pensamiento; es un pensamiento profundo, exacto, determinado. Es el dinamismo creador de la Consciencia, que no podemos apreciar más que por el sendero de las realizaciones interiores trascendentales, vividas, desbordantes, de nuestro ser.
No obstante, la Meditación lleva en sí un entrenamiento muy preciso.
Todo en el hombre interviene en esta práctica. La respiración rítmica, la relajación de nervios y músculos, el fácil flujo de la corriente sanguínea, el control de las sensaciones, el dominio de las impresiones, el análisis y reflexión equilibrada, y en fin, la concepción entera y profunda de los acontecimientos o de los fenómenos de la vida por medio de la penetración mental e identificación última, como acabamos de ver.
Todo esto produce estados progresivos de conciencia superior (inmateriales e inegoistas), pasando de uno a otro estado, llamados en sánscrito Jhanas, que parten de la simple concentración analítica, al éxtasis trascendental. Pero no se trata de ninguna manera, de un éxtasis emotivo – sensorial, ni de ninguna ilusión, o de algún estado hipnótico por autosugestión, sino más bien, de una SERENIDAD PLENA QUE LO UNIFICA TODO.
El proceso de la Meditación es pues bien preciso. Es necesario comenzar por eliminar toda clase de trabas como son las teorías y dogmas, librándose en fin de las cadenas de los prejuicios y doctrinas más o menos absolutas, y evitando los pensamientos enemistosos, torpes, de codicia, la introspección taciturna, la duda, etc. Es ello toda una disciplina mental de primer orden, y en fin, una orientación moral de las más rígidas y constructivas.
La Meditación puede ser cultivada de diversas maneras, es decir, sobre diferentes sujetos, pero 4 temas son sobretodo muy importantes como orientación de la Vida Perfecta, que conduce más allá de la Vida: al Nirvana que es la supervida, o la existencia más allá de todo fenomenalismo y por consiguiente de toda experiencia.
LOS CUATRO JHANAS, son:
1. BENEVOLENCIA (Metta) - Amor Universal, incondicional. Meditación que destruye todos los malos sentimientos y deseos.
2. COMPASION (Karuna) - Actitud mental simpática hacia todas las manifestaciones de la vida. Meditación que está por encima de la piedad, dispersa el error y evita todo pensamiento erróneo, deprimente o de dolor. Es el Amor – Bondad que purifica al afortunado que llega a concebirlo y a sentirlo, y es una de las bases fundamentales de la Felicidad en el curso de la existencia.
3. ALEGRIA. (Mudita) - Simpatía hacia todas las formas de la vida y experiencias de la existencia, proveniente de la comprensión íntima de los acontecimientos y de sus causas; en fin, es el resultado de la identificación entre el pensador y lo que se piensa, la fusión mental (en el plano mental) entre las diversas fases de la vida.
4. SERENIDAD (Upekkha) - Dominio absoluto de la mente y de todo el ser, así como de todas las experiencias de la vida. Ellos es la Gracia, la Iluminación o más bien, el Cielo.
Todo esto es perfectamente posible al hombre, genéricamente hablando, sin necesidad de rituales, ceremonias, oropeles vicariales, preces, incienso, templos y grandes clérigos.
KWANG HSIH
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CONTESTAMOS
He aquí una pregunta que se nos ha hecho: ¿Qué es lo que caracteriza a un Anagarika? Se puede ser o llegar a ser Anagarika sin saberlo, sin percibirse de ello? Cuales son los deberes íntimos de todo Anagarika?
Los ANAGARIKAS son personas sumamente sinceras que consagran su vida a la enseñanza de grandes Verdades Espirituales bajo la égida de los Santuarios. Pero esto puede obtenerse sin que se perciba, y sobre todo sin que se comprenda siempre toda la importancia de ésta labor, que es una forma elevada de conciencia.
La condición suprema de los Anagarikas, es su fidelidad, su lealtad a los Santuarios, su sinceridad de propósito, la impersonalidad de sus esfuerzos, su Inegoismo, y sobretodo su conciencia perfectamente identificada con las actividades en las cuales toman parte, así como con las Verdades de las que son grandes representantes. Los Anagarikas deben ser los símbolos vivientes de lo que enseñan, y nada del mundo puede desviarlos de ésta gran obra de Sabiduría.
El atributo principal del ANAGARIKA es la obediencia a su Maestro que es su Director Superior, y sus privilegios son múltiples como Leaders y como fiel representante de los Santuarios o Centros Vivientes de las Grandes Verdades, pues en todo lugar en que vive es un buen Oficial y sabe cumplir las órdenes de sus superiores. El ANAGARIKA es un lugarteniente del Gran Ejercito de la Virtud y de la Sabiduría en el mundo, siendo también el embajador del organismo mundial que propaga estas Grandes Verdades; siempre fiel SERVIDOR, pero jamás autoritario.
Es muy posible ser ANAGARIKA sin saber que se es, pero solamente en la VENERABLE ORDEN DE LOS ANAGARIKAS se encuentra la Comunión y la fuerza coordinada de los valores íntimos que caracterizan la distinción y poder de los Anagarikas. Por ésta razón los verdaderos ANAGARIKAS buscan ésta cohesión y coordinación de esfuerzos que representa la ORDEN DE LOS ANAGARIKAS y es indispensable ser recibido por esta Orden para ser verdaderamente Anagarika.
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El buen criterio de nuestros lectores sabrá subsanar los errores de lenguaje y defectos de impresión de este Boletín, que gradualmente procuraremos ir mejorando.
Los Miembros simpatizantes que deseen cooperar en esta Obra, pueden comunicárnoslo, indicando la clase de servicio que podrían hacer especialmente. Nos sería muy útil, el ofrecimiento de traductores de inglés a cualquiera de los idiomas siguientes: Español, Portugués, Italiano, Alemán, Ruso, Danés y Esperanto. Muchas gracias a todos.
Agradeceremos mucho se sirvan adjuntar un sello de Correos para respuesta, sea cual fuere el País de Origen.
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“La verdadera dignidad del hombre es el pensamiento”, ha dicho Pascal. No sería posible pensar de una manera más noble, libertándonos del yugo del materialismo, de las pasiones, de las ilusiones y de la futilidad intransigente? El Movimiento BODHA, que instituye un verdadero RENACIMIENTO DE LA CONCIENCIA ESPIRITUAL ofrece esta posibilidad.
K. H.
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PROMÉTASE USTED MISMO:
SER TAN FUERTE que nada pueda turbar la paz de su mente.
HABLAR DE COSAS sanas, alegres y prósperas que puedan ayudar a los demás.
HACER QUE SUS AMIGOS sientan que hay algo real de valor en ellos.
MIRAR SIEMPRE al lado bueno y bello de las cosas y convertir este optimismo en realidad.
PENSAR SIEMPRE en cosas buenas y perfectas, obrar en consecuencia con ellas y esperar confiando el mejor fruto.
TRATAR DE SENTIR el más vivo entusiasmo por el éxito de los demás, tal como si fuera el propio.
OLVIDAR LOS ERRORES del pasado y prepararse para mayores conquistas en el futuro.
MANTENER un temperamento alegre y brindar siempre una sonrisa a toda persona que trate.
DEDICAR TANTO TIEMPO a mejorarse Ud. Mismo que no le quede tiempo para criticar a otros.
SER DEMASIADO GRANDE para preocuparse, demasiado noble para sentir cólera, demasiado fuerte para sentir temor y demasiado feliz para sentir contrariedad.
FORMARSE un elevado concepto de usted mismo y proclamarlo así por todas partes, no con palabras sino con hechos.
TENER EL FIRME convencimiento de que el mundo está de su parte mientras se mantenga fiel a lo mejor que hay dentro de Ud.
PENSAR cuidadosamente antes de hablar, a fin de que lo que va a decir sea verdadero, bueno y útil, y sino reúne estas cualidades más vale no decirlo.
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MODESTIA
Hay plantas que solo nacen en ciertos terrenos: el plátano, por ejemplo, en los trópicos; el cactus en las arenas del desierto; el cocotero, cerca del mar. Así, donde quiera que se encuentra en el jardín humano la planta de la modestia, descubrimos una legitima inteligencia.
Estar siempre seguro de lo que se dice y ufanarse de ello, refleja ignorancia. El que así siente, por regla general está equivocado.
Los farsantes, los embusteros, los fanfarrones, los sabelotodos, no dudan jamás; pero cuando usted habla con un hombre de verdadero saber, de profunda inteligencia, lo que más le asombra de él es su sencillez.
Cuando usted haya aprendido que es tan firme signo de sabiduría decir que no sabe como decir que sabe; cuando usted desee ser estimado únicamente por lo que es, no por lo que no es; entonces será cuando podrá disfrutar de la compañía de todos, ignorantes o sabios, y se encontrará tan cómodo entre labriegos como entre las gentes del mundo social.
Franqueza y modestia; esas son las llaves de la amistad.
FRANK CRANE
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FASES DE LA POLITICA EN EL ORIENTEEl fondo del problema del extremo Oriente no es tan enredado como lo parece a simple vista. El ideal samurai tiene sorprendentes particularidades de semejanza con el Kuomintang que dejará el preclaro genio de Sun Yat Sen a China, aunque cierto chauvinismo de parte de los japoneses y de los chinos circunscriba estas fórmulas sociales a sus respectivos países, pero lo cierto es que en sus miras trascendentales preconizan un panasiatismo anchuroso, dilatado, ilimitado, incondicional, cada uno a su manera.
Tanto el Japón como China que están hoy en día precisamente en abierta pugna luchan por un mismo ideal, sin percatarse bien de ello, y quizás menos intransigencia de una y otra parte traería como consecuencia una consideración mesurada y serena de la pura realidad, consiguiendo así evitar los extremos bélicos a que han recurrido hoy, y en fin obvian o quizá con mayor eficacia todas las dificultades que están en el génesis de este diferendo que aparece hoy como causa de guerra, una guerra larga, cruenta entre hermanos, con el anacronismo de una contienda, sin declaración de hostilidades. Ambos luchan en defensa muy plausible de derechos y de principios que les son caros, que en realidad incumben a ambos y que a ambos por igual son motivo de inmoderado orgullo. Por eso el Japón proclama que no quiere intromisión, ni ninguna nación extranjera en sus asuntos[5].
Un análisis del fondo de la cuestión revelará toda la trascendencia del hondo problema. En síntesis ¿Qué es lo que persigue el Japón? Expansión territorial dicen unos, imperialismo material dicen otros, pero la verdadera solución no está en ninguno de estos asertos, está en su ideal panasiático: Asia para los asiáticos, y que los asiáticos se ocupen solos de sus propios asuntos, tal parece ser la fórmula acariciada por el Japón. La China a su vez, solo parece tener una ambición, que es liberarse del yugo extranjero, de las bochornosas ingerencias aduanales de ciertas naciones, pretextando ocupaciones militares y con el fin de garantizarse prebendas y acciones mercantiles impunemente y bajo una constante amenaza de bayonetas y cruceros siempre hostilizadores, y tal finalidad se justifica mediante una bien concebida y justa medida de preparación social.
Los dos sistemas se diferencian en sus características, aunque en el fondo son idénticos. El Japón ha hecho de este ideal una verdadera misión civilizadora entre tanto China se abroga, no sin derechos, un derecho de emancipación e iluminación del pueblo. Es natural que con tales miras, cada pueblo de a sus entusiasmos y empeños características y visos más o menos locales, respondiendo inmediatamente a ciertas necesidades manifiestas con las cuales están en pugna, y es así que el Japón aparece con ambiciones de conquista territorial a trueque China tan sólo busca por la intensiva cultura de sus avasalladores millones de habitantes una emancipación de las férulas despóticas de numerosos extranjeros que se avisan en explotar su pueblo de una manera escandalosa.
El frente en ambos casos es contra el extranjero, Japón admira la eficiencia de las civilización occidental, más odia a sus representantes. Y es por eso que hace la guerra a Rusia en defensa de China en 1904, y por la misma razón, antes que Rusia se apodere de ella, se anexa Corea.
China, siendo un país oprimido por diversas naciones extranjeras y atada por tratados de extraterritorialidad confusos a la vez que drásticos, no podía, como tampoco puede hasta ahora, defenderse contra cualquier ataque exterior. Esto ha exacerbado al Japón, que no lograba comprender la ineficacia de la China ante sus múltiples problemas. Pero no hay que ser injusto con un país que no tiene toda la libertad de acción que quisiera y que en cada intención en su provecho es susceptible de atraer la ira o la inconformidad de toda Europa, de hecho de las principales potencias armadas del mundo.
China se ha visto invadida por el comunismo. ¿Podía defenderse de él si venía de Europa lo mismo que desde Rusia a través de la Mongolia y la India y con un cartel netamente emancipador para ella? ¿Podía evitarlo si los mismos funcionarios y esforzadores de la Extraterritorialidad producían entre sus pueblos y el virus del comunismo en la especie de una espantosa miseria explotada y de hambres viejas? Esta imposibilidad impacientó al Japón, que no podía sufrir la intromisión del extranjero en el Asia, y en fin, cansado de tolerarlo, emprendió la campaña de la Manchuria, que habilidosamente se hizo justificar con el pretexto de las hostilidades mercantiles de los Shanghaienses. Esto trajo la ocupación de buena parte de Shangai después de una cruenta batalla que no dejó bien parado el prestigio militar de los nipones, y luego la creación del estado Manchukuo.
Pero el Japón tenía sus planes bien tirados desde antes de emprender la toma de Shangai, y la prueba de ello es que hoy, más de un año después de la creación del estado títere, lo vemos arreciar un nuevo empuje contra la desventurada China, esta vez contra la provincia de Jehol, para añadirla a Manchukuo, ex Manchuria. Y del Manchukuo puede extenderse aun más allá de Jehol, como ya aparece obvio según noticias de un generalísimo nipón que anuncia que “posiblemente” tendrá que extender las hostilidades en todo el norte de China. Esto está más que confirmado e iniciado, pues ya se sabe que la armada del Imperio del Sol Naciente se ha estacionado a lo largo de toda la costa de China. Según todas las apariencias, el Japón ha emprendido una acción bélica decisiva contra China. Pero ¿Para que? ¿Para anexársela enteramente quizá? El mismo Japón lo ignora, y quizá nadie más que nosotros lo prevé, pero a nuestro entender el Japón cumple inconscientemente una gran misión que parece aparejarse con esa creencia suya de que comporta una misión civilizadora. No creemos que logrará jamás conquistar a China, pues el chino no se conquista jamás, aunque se puede vencerlo en el campo de batalla o someterlo por la fuerza de puntas de bayonetas. Pero si conseguirá despertarla y unificarla.
Lo que más vemos que obliga al Japón a embestir a China, no es tanto sus necesidades de expansión comercial o de anexión territorial ni su necesidad de expresión bélica como la inminencia de una bancarrota económica. Japón sin mercados es un pueblo arruinado hasta la desolación, y la crisis mundial se ha pronunciado en este sentido con indicios tan rotundos ya en el Japón que le era indispensable buscar, cueste lo que costare, alguna solución, aunque fuere solamente un motivo de distraer la atención de sus súbditos mediante una expectación creada por el desprecio mundial y despertando sus entusiasmos guerreros con la campaña de China. Al Japón poco parece importarle lo que el mundo piense, lo que la Liga de las Naciones haga o lo que la China se disponga a decir antes su falta de decisión categórica.
Este aserto lleva a todo espíritu observador a confrontarse con el problema de la revolución mundial comunista. El Japón no puede ni siquiera tolerar la posibilidad de un problema comunista dentro de su territorio o cerca de él, y de ahí que se sienta impulsado a combatirlo antes que arraigue de una manera definitiva. China debía ser una presa fácil del comunismo: Sun Yat Sen inició un despertar nacionalista manifiestamente anticomunista, pero su labor ha sido lenta en rendir frutos, y el Japón no podía esperar más. Entonces vino el plan militarista – comercial, que según lo anteriormente expuesto tiene mucho de idealístico humanitario y sobretodo de nacionalismo. Para el japonés hay mucho de su prestigio en lo de la expansión comunista y de la permanencia de los extraterritorialistas en China. El Japón ataca hoy a China bajo el pretexto de los bandidos, pero esto es una manera de decir para no ofender abiertamente al sovietismo de Rusia, y no debe dejarse de notar que su campaña es arrolladora y no para mientes en las propiedades de los extranjeros. Conquista provincias enteras, arremete contra los chinos por sobre los ferrocarriles ingleses y a través de las haciendas alemanas, francesas o rusas, pues se trata de “bandidos”, y contra tales se hacen expediciones punitivas sin declarar la guerra, aunque se envían contra estos verdaderos ejércitos de 80 mil hombres pertrechados, según la última palabra en artefactos bélicos. ¡Extraña guerra esa, la de los Chinos y Japoneses, dirán los europeos que nada entienden de los enredos del extremo Oriente, pero es una guerra que se hace contra todo el mundo occidental, contra su diplomacia de buques de guerra y contra su ideología antieconómica y de caos social a la soviétique.
Los Chinos no vislumbran el problema con esta largueza de mirada, pero lo más seguro es que el Japón está jugando hoy en día un papel de emancipador suyo, sin querer creerlo. La iniciativa del Japón tendrá una trascendencia excepcional para el pueblo chino, esto es de no dudarlo. El Japón juega allí su prestigio de nación de primera categoría, desafiando al mundo entero, despreciando a la entera ética internacional y haciendo de los tratados internacionales meros “pedazos de papel”, atacando directamente el sovietismo ruso y desatendiendo cínicamente los derechos nacionales del pueblo chino en su propio terruño.
El porvenir dirá cuales son las consecuencias de este misionismo civilizador japonés, que creemos es más el producto de un exagerado patriotismo que un altruismo humano internacional.
Lo más probable, a nuestra manera de ver las cosas tras de observarlas detenidamente, es que otros sucesos de carácter primordial ocurrirán en el mundo antes que los japoneses tengan que verse obligados a peores extremos al fin de salvar su “face value” o prestigio personal, y entonces el Kuomintang encontrará un ambiente y medios propicios para llevar a cabo su propia misión. De todos modos el comunismo tendrá que luchar muy duro para imponerse en el Oriente, y de todas maneras se estrellará en estruendosos fracasos. Esto, a no dudarlo lo mismo que en el resto del mundo, pues los eventos que se avecinan, según el cariz de las cosas internacionales, no son de ninguna manera favorable al desarrollo ni al implantamiento del sovietismo. En cuanto al genuino panasiatismo, no es en el extremo Oriente que hay que buscarlo, sino en el Thibet y la India, y este ya produce efectos en el cercano Oriente puesto que ilumina a las mentes cultas y orienta a los corazones más sanos, así como en todo el mundo occidental en que sus frutos abundan y no son de los más despreciables.
Swami Jñanakanda
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LA VIDA SABIA
Esta importante sesión de la filosofía Pitagórica quedó interrumpida, pero de este número en adelante, la volvemos a publicar.
La Religión así entendida posee una potencia moralizadora incomparable, porque explica las verdaderas razones para evitar el mal y hacer el bien, en una palabra en cumplir con su deber. Así, su influencia es capital en el orden social, la legitimidad de las jerarquías y la disciplina, y para imponer la necesidad de leyes y sus sanciones. Las ideas primordiales de familia, de patria y humanidad tienen en ella sus bases reales, porque demuestran que, en cada una de estas agrupaciones, el esfuerzo debe ser concertado y armonioso con el fin de lograr en común la unidad original.
Por otra parte sus conceptos de la acción bienhechora de la religión, inspiraron la obra de reforma individual y colectiva de Pitágoras. Su precepto fundamental era el esforzarse en parecerse a Dios; y su objetivo ulterior; de hacer reinar en las instituciones hermanas un orden divino, con el fin de volver la vida armoniosa y bella, en la fidelidad)
GUARDA SIEMPRE TU FE JURADA
Esta recomendación debe entenderse en un doble sentido. Concierne primeramente ofrecida. Todo compromiso solemne, escrito o verbal debe ser considerado como un pacto sagrado, como una palabra de honor que pone las fuerzas divinas que traemos en nosotros, como testigos de nuestra lealtad, con más razón, las atestiguaciones hechas bajo juramento constituyen la obligación ineludible de decir la verdad.
Los individuos desleales o perjuros que niegan su palabra o hacen de testigos falsos son en realidad blasfemos o sacrílegos. Son castigados por la poca confianza que ponen en ellos sus semejantes, y terminan perdiendo la fe en si propios. De esta manera se convierten en objeto de execración y se entregan a la desgracia, y empleados por los poderes de la malevolencia atraen sobre ellos toda clase de miserias.
Además, la invocación de las fuerzas divinas es un acto de tal gravedad, que se debe guardar bien de jurar en vano, de poner a Dios para testigo de pequeñeces, de pronunciar su nombre en los accesos de nerviosidad, de cólera o de odio, porque todo poder que deliberadamente se emplea mal, retorna, de igual manera, contra aquel que lo pone en acción.
Además, la orden de guardar la fe jurada se relaciona con la doctrina pitagórica oculta. Debe comprenderse que, en las religiones de la Antigüedad, las enseñanzas eran dobles en sentido y aplicación. Había un culto exotérico público para los más numerosos, que presentaba la idea de la Unidad Divina bajo un aspecto múltiple y antropomorfo. Las obligaciones morales se encontraban así fundadas en razones frecuentemente imperfectas, pero la necesidad de poner al alcance de las multitudes las verdades trascendentales imponía estos velos al culto. Y por otra parte, existía una enseñanza esotérica dada de una manera secreta en los Templos a un pequeño número de adeptos, escogidos entre los más dignos. Estas enseñanzas consistían en la demostración científica y filosófica de la Unidad Divina, de la constitución verdadera de la vida universal a través de múltiples metamorfosis.
Al recomendar a sus discípulos rendir primeramente a Dios el culto prescrito por la ley, Pitágoras quería que reconocieran la obligación de someterse a las manifestaciones del culto, tales como estaban establecidas entonces por las tradiciones religiosas. Los iniciados pitagóricos podían aceptar sin segunda intención esta prescripción de alta tolerancia religiosa, porque habían aprendido que los dioses del politeísmo constituían simplemente las representaciones del Dios Único, bajo tantos aspectos diferentes como grupos existían de religiones distintas para infiltrar al pueblo. Sabían, por otra parte, que las religiones, por el hecho de su fundamento esotérico común, ocultan todas una parte importante de verdades y a las que todas en sí dan nombres diferentes, aunque adoran en realidad, y sin percatarse de ello el mismo Dios, el único Creador de todo lo que es. También admitían que desde el momento que se obedece a las leyes divinas de verdad y a las leyes naturales de evolución el hombre es atendido en sus plegarias y bendito en su vida, cualquiera que sea su rito religioso y el lenguaje que emplee. Esta gran tolerancia les garantizaba contra toda intolerancia y les permitía orar con igual fervor en los templos de diferentes ritos. Les era posible así ofrecer por doquier el buen ejemplo de la fe y la moralidad.
A pesar de las apariencias la religión pitagórica no tenia nada de común con el politeísmo. Era igualmente distinta del panteísmo, que considera la materia, la vida, la naturaleza, el universo material, en una palabra como Dios mismo y que destina la conciencia individual a la aniquilación final. Respondía en realidad a un monoteísmo unitivo y sintético que englobaba todas las religiones.
La fe jurada que ordenaba conservar era precisamente este conocimiento y este culto de la Unidad Divina omnipresente y omnipotente. Más esta doctrina debía permanecer secreta por las razones que explicaremos más adelante. De ahí que recordemos aquí, aquel juramento de discreción que los iniciados debían observar rigurosamente, so pena de los más graves castigos.
De estos preceptos de alta sabiduría religiosa, se puede deducir la lección siguiente: aquellos que se declaraban satisfechos del culto exotérico en que crecieron y al cual guardaban una fe entera, debían conservarlo preciosamente y seguirlo con exactitud. En cuanto a aquellos que perdían la fe a causa de las imperfecciones del ritual o dogmáticas, que habían creído encontrar en sus religiones nativas, no se podía aconsejarles demasiado elevarse hasta la altura del concepto religioso pitagórico. Cesando de tener las oscuras y estériles interpretaciones de los clérigos que ya no ilumina más la antigua verdad exotérica, y guardándose al mismo tiempo, de caer en el materialismo científico, debían buscar en las enseñanzas religiosas y científicas los principios comunes que permitían conciliarlos y unificarlas. A fuerza de estudio y meditación llegaron entonces a constatar y a comprender que la unidad de la sustancia cósmica, la unidad de dirección energética o espiritual del mundo, la universalidad de la vida y de su evolución hacia un fin de progreso infinito, es decir hacia Dios, constituyen las verdades de orden religioso y científico a la vez. Utilizando esta base sólida, podían crearse una fe personal integral y sintética que les permitía seguir el culto religioso de su elección y comprender el simbolismo.
Así es, que desde que se ha aprendido a discernir, en el evangelio, las verdades esotéricas que forman su espíritu, se descubren las razones ocultas (ignoradas de los teólogos) de las prácticas ritualísticas, y sacramentales y por comprender claramente los misterios que permanecen inaccesibles a los no iniciados. Por consiguiente, se obtiene el goce de poder asociarse en plena comprensión y fe perfecta a la bella magia del ritualismo de la religión. Se participa así, de una manera consciente del poder magnético y de la radiación santificadora de todas las religiones, cuyos cultos guardan relación con la larga cadena mágica de sus ministros o Hierofantes de alta iniciación.
REVERENCIA COMO CONVIENE LOS HEROES SUBLIMES Y LOS ESPIRITUS SEMIDIOSES.
La escala de seres que, partiendo de lo más ínfimo, se eleva por escalones sucesivos hasta Dios, no se detiene en el hombre. Existen en el plano supra – humano, seres que gozan de la vida eterna. Esta modalidad de la existencia superior puede ser concebida por nosotros, como cualquier cosa análoga a la vida atmosférica en relación con los seres que viven en la vida acuática. Aquellos seres más elevados que nosotros en su jerarquía de existencia, son los hombres que su poder personal, sus virtudes y sabiduría, los han hecho ascender al rango de espíritus semidioses.
Pueden influir sobre nosotros, dirigir nuestra evolución y ayudar nuestro progreso, tanto como nosotros mismos podemos actuar sobre el plano de la creación terrestre que está situada por debajo de nosotros, o sea sobre la vida mineral, sobre los vegetales y animales. Ellos son en cierta forma los intermediarios obligados entre el hombre y la Divinidad. Estos son los seres a quienes nombran: los héroes, los sabios, los iniciados, los genios, los profetas, los santos, los Ángeles, los arcángeles, los serafines. Ellos son para nosotros los modelos, los guías, los amigos supra terrestres y es a ellos, a quienes debemos recurrir para pedir la orientación, la intuición, la inspiración, de manera que podamos emplear mejor nuestros medios de progreso. Podemos así entrar en comunión por la oración con los grandes Espíritus de todos los siglos y de todas las razas y recibir de ellos direcciones sublimes. Es así, como el espíritu de los ancestros virtuosos pueden infundir en las nuevas generaciones y que el culto de los grandes “muertos” realizado en los panteones se encuentra plenamente justificado. En efecto, uno de los más seguros medios de adquirir grandeza moral y el poder intelectual, en una palabra de ejercitarse en la sabiduría, es vivir en la atmosfera divina de los pensadores sublimes, de puros genios artísticos, de grandes santos y de sabios de todos los tiempos, impregnándose por medio de la meditación, de pensamientos de suprema belleza, de amor a la naturaleza y de adoración divina, que se hayan esparcidos e impresos en sus obras materiales: música, pintura, Escultura, arquitectura, leyendo frecuentemente los escritos religiosos de los sabios se mejora el espíritu y se siente transportado por las fuerzas que elevan y purifican. Entonces las corrientes de las verdades tradicionales y eternas nos compenetran, la luz de la fe nos inunda, la convicción de estar en el sendero recto y de trabajar con finalidades útiles nos fortifica y apacigua. El socorro de lo Alto nos llega y guía. Pero para merecer esta asistencia superior, es preciso mostrarse digno de ella, llevando una vida pura y con una moralidad ejemplar. Esto es lo que Pitágoras enseñó en los versos siguientes:
PURIFICACION
EL CULTO A LA FAMILIA. AMAR A SUS PARIENTES. ENSALSA EL CULTO DE LA FAMILIA: CUMPLE BIEN TUS DEBERES CON RESPECTO A TU PADRE, TU MADRE Y TODOS TUS PARIENTES
Es así con mucha razón, que en el Instituto Pitagórico el culto a la familia era antes que el de la amistad. El mejor amigo no será, en efecto, capaz de imponerse la continuidad de afectos, y sobretodo el espíritu de sacrificio que un padre y una madre son capaces con respecto a sus hijos. La experiencia enseña que uno puede llegar a reemplazar a un amigo, más no se vuelve a encontrar jamás el corazón de una madre. Y en caso de peligro o reveces, nadie ofrecerá su protección o sus consuelos con tanto entusiasmo en el corazón como un próximo pariente. Es por esta razón que la unidad familiar debe ser creada y protegida a todo precio, enseñando a las madres la obligación natural de amamantar y de criar ellas mismas sus hijos, suministrándole los medios de quedar en su hogar para cumplir sus deberes familiares, proclamando altamente la necesidad de la fidelidad y el acuerdo conyugal, y en fin enseñar a sus hijos a rendir ampliamente a sus ancianos parientes la asistencia y el afecto que de ellos han recibido.
El culto a la familia que comprende el amor hacia los ancestros, la fundación de un hogar y la procreación de los hijos, aparece como uno de los factores primordiales del progreso humano, porque la individualidad no se encuentra realizada plenamente sino creando, es decir cumpliendo la obra familiar.
El matrimonio corresponde a una agrupación de fuerzas constitucionales, análogas a aquellas de la naturaleza, que se combinan para edificar una nueva unidad superior al individuo: la familia. El hombre aporta en esta unión la fuerza creadora, la mujer el poder vitalizante y el niño las expresa en su realización material. Del concurso de estos tres elementos resulta la unidad de conciencia familiar. Detrás de la asociación material del matrimonio, se oculta la función espiritual y vital, y se realiza la creación de un pequeño universo de cuatro elementos, según el plan tetraédrico Universal, que tendremos la ocasión de analizar pronto.
La familia, forma entonces un conjunto donde la armonía y la felicidad dependen de la buena voluntad de cada uno de sus componentes. Los miembros de una misma familia no deberán por tanto tener sino un fin: poner en armonía sus pensamientos, sus deseos y sus esfuerzos, a fin de evolucionar de concierto hacia el ideal de perfección y de felicidad que conduce a Dios. Y como ellos no pueden llegar aisladamente, por el hecho de la solidaridad estrecha que les liga, su deber, y por lo mismo su interés bien comprendido, es trabajar por el progreso de su prójimo, tanto como en el propio. Esta necesidad de ayuda fraternal para atender a la unidad individual que aparece aquí en la familia, ese primer escalón de las agrupaciones humanas, se vuelve a encontrar tan imperioso en las sociedades más grandes que reúnen la familia en naciones, las naciones en las razas y las razas en la humanidad. Esta es una ley universal, aplicable a la ley natural entera, que todos los seres concurren en la felicidad de cada uno en particular y cada ser no puede realizar por si mismo sino prodigándose a los otros. Esta es la razón esotérica de las ventajas que procura la práctica de la cordura ejerciéndose en todos los planos de la naturaleza.
En el matrimonio así concebido, la procreación cesa de ser simplemente la producción material de un nuevo ser. Constituye una llamada al renacimiento de un espíritu en vías de evolución. Por esto en el periodo de gestación del niño, debe la mujer acompañarse de pensamientos de armonía y de perfección y proseguir en un acuerdo conyugal religiosamente expresado, de manera de atraer al nuevo ser las influencias espirituales superiores, las fuerzas vitales sanas y de un cuerpo robusto.
El hombre, que representa el principio creador, director y regulador, debe por lo mismo, considerarse como el enviado de Dios en la familia. Así su pensamiento dominante será el de ofrecerse sin cesar a los ojos de los suyos como un modelo de virtudes divinas, dando el buen ejemplo de la sabiduría, de benevolencia, de la justicia y de dignidad moral y física.
Es así solamente como llegará a lograr desenvolver en sus hijos los sentimientos de bien, de deber y de respecto filial. Su influencia paternal sobre el medio familiar es entonces decisiva. Gracias a su dulce firmeza y a su virtuoso deber el padre debe esforzarse en triunfar sobre las imperfecciones de sus parientes y de imponerles su superioridad mental, de manera a unificarlos en él y entrenarlos así en el camino del progreso.
En el instituto pitagórico la mujer era objeto de una iniciación especial. Se le enseñaba la conducta sagrada que le estaba reservada en la existencia. Se le enseñaba a vivir únicamente para su hogar, a transformarse en verdadera sacerdotisa de la familia, a considerarse como la fuente vital de sus hijos, como un foco de dulzura, de bondad y de amor para todos los suyos, como un agente de apaciguamiento intelectual y moral para su marido.
(Continuará)
PENSAMIENTOS
La ignorancia es la noche de la mente, pero sin luna y sin estrellas.
Toda labor principiada es casi terminada.
DOMINATE PARA QUE NO SEAS DOMINADO.
Confucio
[1] En occidente son escasos y recluidos en sus viviendas ante el poder de los intereses creados y prejuicios.
[2] Revolución espiritual es evolución efectiva. Las revoluciones de caos social y sustitución de autoritarismos tiránicos no tienen sino valores negativos, siendo raros los casos que forman excepción en ella.
[3] Enigmas insalvables a la ignorancia
[4] Aun no acabamos de ver el fin de la debacle de Europa y del mundo! Y desconcierta esto tanto, que si hemos de creer como le dicen los mistagogos que el mundo es regido por ángeles o seres superiores, debemos de creer que la demencia humana les ha contagiado; pero si por lo contrario se acepta que los seres evolucionan de por sí se debe concluir que los seres humanos se han propuesto vivir las mayores bajezas al erigir la civilización actual.
[5] La acción del Japón al romper la integridad territorial China, menoscaba así mismo la integridad política de la misma. Luego, jurídicamente, China quedaría libre de todos los compromisos internacionales que la imposibilitan de defenderse plena y libremente. Las protestas de China, luego, son bien justificadas, pues se encuentra inhibida por múltiples tratados internacionales de emprender una defensa digna de su integridad territorial. Pero los tratados de extraterritorialidad afectan la integridad política de China, y si no se hace nada por impedir todo atropello subsecuente de la integridad territorial de la nación, las naciones favorecidas por aquellos se hacen cómplices del desmembramiento y de los atropellos a esta. El caso crea una complicación que bien pudiera resultar funesta para la paz del mundo, pero ni la Liga de las Naciones ni las naciones signatarias del Pacto Kellog Briang parecen percatarse hasta ahora de este primordial hecho. El dilema, a nuestro modo de ver es este: O China desmembrada bajo la complaciente o temerosa vista de sus ocupantes extranjeros queda libre de todos los compromisos de tratados de extraterritorialidad o estas naciones se hacen responsables de la integridad territorial de la nación China de la cual resulta y se desprende la integridad política.
China está impedida de toda defensa decisiva porque sus mejores aduanas están en manos extranjeras, carece de los indispensables medios de defensa. Y el Japón, por su parte al atacar a China, un país políticamente ocupado por fuerzas militares extranjeras, ha llevado su golpe decididamente a estas naciones. Los estadistas Chinos pueden sacar mucho partido de esta odisea si no se aturden y saben ver claro que, al fin de cuentas, China no puede perder, y saldrá victoriosa de su inhumano conquistador absorbiéndolo.