Granos de Oro

Tomados de:

PANORAMA INTIMO DE UN SANTO SANTUARIO

(Original en Francés)

 

  • En los momentos de gran infortunio y en la tragedia, es preciso ayudarse mutuamente. Esto facilita la tarea que se ha de confrontar, y también se asegura el éxito ante los imponderables.
  • La traición, es cobardía disfrazada de falso heroísmo. Cuanta maldad oculta el alma humana cuando se desata o se somete a unas fuerzas abominables que no son en nada suyas.
  • Un día, yo buscaba un objeto, pero ya era demasiado obscuro, pues había caído la noche. En mi desasosiego me dije muy tranquilamente que al día siguiente con el pleno día se harían menos esfuerzos inútiles. Una pequeña luciérnaga vino entonces a esclarecerme. Es bien poco una luciérnaga, pero en los momentos de necesidad aun las más ínfimas ayudas valen muchísimo.
  • Tenía como gran compañera, hace algún tiempo, una gentil pequeña perrita, Mignonne la llamaba. Era mucho más inteligente que bella, y más afectuosa y comprensiva que mignonne. Durante la guerra en Cuba me salvo la vida descubriendo una bomba que debía seguramente hacer saltar nuestra casa. La recompensé con todo el poder de mi corazón y la llevé conmigo cuando fui liberado. Ella conoció el exilio conmigo. ¿Sera este exilio mi último? Chi lo sa. Murió de vejez, pero cuan afectuosa y fiel, y sobre todo tan agradecida.
  • ¡Qué bueno ser aquel que se encuentra en el lugar que debe cuando se necesita de él!
  • Eso sí, es bien duro sobrevivir cuando se tiene un corazón que flaquea. Pero tras tres infartos no se puede ser demasiado exigente con un corazón humano. Solamente que a este yo lo mando bastante bien, y cuando para le mando de continuar latiendo, prosiguiendo con su buen ritmo. Que me duela, y le digo: Vamos a qué bueno fastidiarme si de todos modos soy yo el que debe mandar. Y continua latiendo lo mejor que puede, el pobre. ¿Hasta cuándo? A PESAR DE TODO me ayuda pasablemente bien.
  • La ciencia demostrará todos los absurdos a fin de que la humanidad pueda ser completamente libre del brutal imperialismo de lo absurdo.
  • Un tirano de África Central acaba de hacer decapitar 200 Jefes de tribus que se habían sublevado contra su autoridad. 200 cabezas que ruedan al suelo por la simple voluntad de un gentil autodidacto que se dice cristiano, civilizado y demócrata. Su país es, por cierto, miembro de las Naciones Unidas. Es escandaloso, repugnante y para renegar de la humanidad. Al mismo tiempo, se lee respecto al Asunto Ben Barka, en Paris, donde las cosas no aparecen mucho mejores. Y se dice que la humanidad progresa.
  • Nada podría cegar tanto las almas pequeñas, estrechas y débiles como las pasiones. Es como los licores fuertes y los mejores perfumes que emborrachan hasta la náusea.
  • Hay deseo de la carne que cuesta muy caro. Pero ¿cómo conocer el verdadero precio de las cosas mientras no se sabe de lo que se trata? Lo peor es que la costumbre humana - -o más bien inhumana – quiere, establece, que se tenga que pagar un precio antes de tomar conocimiento de las cosas. Si se trata de experiencias vitales, todo se complica de antemano.
  • Algunos quisieran refugiarse en el Santo Santuario por motivos mundanos, a causa de desilusiones, etc., o bien para darse un reposo sensual o para aliviar su conciencia. ¡Qué estupidez humana! ¿A qué bueno huir de lo que uno es? ¿Cómo deshacerse de lo que nos pertenece por derecho natural o espiritual? Que locura la de siempre querer renunciar a sí mismo y entregarse en brazos de algún ídolo condescendiente.
  • La Gran Fraternidad no debe constituir un refugio para nadie. No debe ser nada más que un taller de cultura y de construcción en el cual es nuestra propia personalidad la que está en causa porque debe rehacerse, labrarse de nuevo, re-energizarse, en fin refundirse. Cada cual trabaja para sí mismo y también para los demás. Es el gran test de la capacidad de valorización y revalorización de cada cual. Si se pone en ello todo su corazón y su dignidad, no se puede más que re-encontrar efectos directos y frutos inmediatos maravillosos. En privado, naturalmente, cada cual sigue con su propia religión o creencia, o sus cultos preferidos, pero como se trata de solidaridad y de mutualidad efectiva, nadie tiene el derecho de buscar, imponerse o hacer obra de conversión o de conquista. El mayor bien de la Gran Fraternidad – Co-operativa – Comunidad es que debe constituir una protección mutual contra los daños del modo de vida civilizado, tan desnaturalizante y destructor de la salud y de la felicidad humana.
  • Cuando un alma herida por las durezas de la vida toca a mi puerta, no le pregunto siquiera su nombre. Su angustia constituye su mejor pieza de identidad así como su pasaporte. ¿Para qué pedir a los que sufren si tienen derecho a la vida o a algo más? El sufrimiento ¿no es ya acaso el resultado de un desamparo y de causas que son por si-mismas crueles, desengañadoras y aniquiladoras?
  • Un pequeño pajarito con el ala rota vino esta mañana a refugiarse en el borde de mi ventana. Yo tenía un grandísimo dolor moral, pero lo olvide enseguida para socorrer a este amigo que sufría. Su dolor es físico, ciertamente, pero quien sabe si él también tiene a su haber un dolor moral, exactamente como yo. Yo también tengo el alma y el corazón heridos por las incomprensiones y las ignominias de los que provocan mi sufrimiento moral y espiritual. Este gentil pajarito va a ser mi amiguito por un momento, y sé que un día, cuando este restablecido de sus males, se ira muy lejos, me abandonará, sin verdaderamente conocerme. Pero creo que él sabe que yo también sufro profundamente. Hay tantas leyes en la naturaleza que el hombre no logra todavía conocer, ni siquiera sospechar de su existencia.
  • Mientras me mires en tu corazón, no cesarás de verme y me re-encontrarás siempre. Para no perderme de vista, no dejes jamás que los inciensos, los humos y los reflejos de otros se interpongan entre tu corazón, tu personalidad, tu alma y YO.
  • Tú te crees libre y grande, fuerte y muy bien orientado. Si tú lo eres, tanto mejor para ti, oh mi bella alma. Pero yo te digo que no lo eres, y si tanto sufro es porque no estaré siempre cerca de ti, -- voluble viajera en lo que se ha convertido ahora, -- para ayudarte, elevarte, socorrerte y en fin hacerte ver los esplendores eternos de la verdad, de los cuales reniegas alejándote de Ella y de Mi.

 Gran dolor, gracias. A pesar de todo, nada se pierde en la vida. Vuelve uno a la gran corriente, a medida en que uno se purifica y al mismo tiempo se eleva. Es un sacrifico, si uno quiere, que se agote así. Pues todo en la vida debe rescindirse, refundirse y sintetizarse.

 En mi gran soledad, miro hacia las montañas e invoco a los vientos para decirles lo que también digo a los rayos del sol y a los astros que parpadean en la inmensidad infinita, para hacer mis votos los más profundos de mí ser, a fin de que sean llevados hasta mis seres queridos que me olvidan.

 Se dice que las pasiones ciegan. Nunca se dirá lo bastante para rehacer toda la verdad respecto a esto. Las pasiones envenenan las almas, desangran de por vida los buenos corazones, y representan maldiciones vivientes.

 Ver un ser que nos es querido zozobrar en la infamia y dejarse arrastrar sin voluntad de recuperación, es un espectáculo infinito de desgarramiento íntimo. Es peor que la muerte, pues por lo menos no se puede decir nada mal de ella, por cuanto es ineluctable e indispensable

 Se ve las realidades de la vida a través del espejo que nos halaga y refleja.

 ¡¿A mis dos almas perdidas : ustedes se encuentran en la multitud, perdidas como dos granos de arena en la inmensa playa que frecuentan los desechos de la vida. Sin embargo, cerca de mí, son dos astros rutilantes, incluso soles admirados y amados por el mundo de los sabios. ¿Que hacen de ustedes-mismas, mis queridas almas perdidas en la lejanía!?


  • SI NO ERES SINCERO, PIERDES TU TIEMPO Y TU DINERO, ASÍ QUE ES MEJOR QUE TE RETIRES.
  • No se puede volver perfecto lo que es abominable, como tampoco se sabría sublimar, y justificar las monstruosidades de la Inquisición y de las Cruzadas o las ignominias sufridas por los Catares, los Protestantes y los autóctonos de las colonias. Únicamente una renovación total logra destruir lo mal que se ha hecho y restituir la Verdad en sus justas proporciones. Pero nunca será posible metamorfosear lo odioso y la ignominia en Verdad Divina simplemente mediante dogmas y doctrinas. No hay verdadera mejoría tampoco sin transformación integral bajo el influjo del Verbo Espiritual, el único que puede realmente espiritualizar lo que no lo es.
  • La mayoría de las gentes no son nada más que la sombra de lo que deberían ser, el grosero esbozo de la verdadera Humanidad del futuro, todavía bastante lejano. No, no debe sacrificarse uno para gentes así, sino simplemente darles lo que merecen. Es preciso ser plenamente uno mismo, servir, amar, honrar, pero no sacrificarse, - ¿para qué, si a las gentes no les gusta hacer el esfuerzo indispensable para merecer lo que más desean?
  • Cuando las personas cuentan insensateces ocurridas hace años, o insinúan estupideces inimaginables, es que son capaces y están saciadas de ello, o bien es lo que querían y están decepcionadas de no haberlo encontrado. Lo propio de los mitómanos es de inventar historias que revelan su naturaleza íntima. Los psicoanalistas bien saben algo de esto.
  • Digo a cada cual: mírate en el espejo de mis pensamientos, y si tú te re-encuentras, tanto mejor, pues habré dicho lo justo. Estarás resentido conmigo por ello, naturalmente, pero tengo la defensa de proclamar que no se trata de ti de quien hablo, ya que hay tantos infelices y desviados que deambulan estúpidamente en este mundo inmundo.
  • Es en la tragedia o en medio de las peores amarguras de la vida que uno aprende a conocer los verdaderos amigos. Los falsos se ausentan y huyen, los tibios desaparecen o se disculpan mucho, pero los verdaderos, ellos están siempre ahí para reconfortarle a uno y asistirlo. Hay calores del corazón que no se pueden negar, unas llamas del espíritu que son infalibles, porque son indestructibles.

 

Maestro K.H.