LA JUSTIFICACION ABSOLUTA DE LA VIDA

Por COSMOCRAT PRECEPTOR EMÉRITUS
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Entendemos por "mente" el mecanismo de la inteligencia, al cual la Conciencia impulsa y da energía, y la Conciencia, a su vez, es el dínamo vital del ser. Ahora bien, la Conciencia es el dominio de los sentimientos íntimos, de las certezas y de las aspiraciones espirituales, y es activada por el Espíritu, que es siempre Divino, Universal, Eterno, porque es la Esencia de la Vida!

He aquí unos cuantos hechos fundamentales que, por ser básicos en la elaboración del proceso de la vida, deben ser tenidos siempre presentes. Constituyen la JUSTIFICACION ABSOLUTA DE LA VIDA, y son:

Primero: El Espíritu es eterno, perfecto, simple y no evoluciona.

Segundo: La vida es un proceso y no un plano determinado. Está en constante definición y no es nunca absoluta.

Tercero: Las decisiones, los esfuerzos y las aspiraciones contribuyen de forma determinada para formar el carácter en la vida.

Cuarto: La Voluntad es el factor que gobierna la vida.

Quinto: El libre albedrío prevalece, si bien está sujeto a las tendencias y a los modos generales de las funciones de la Mente.

Sexto: La Mente está compuesta por Fuerzas Vitales que luchan por tomar consistencia y preeminencia sobre las circunstancias internas y externas. Pero, toda consistencia y triunfo dependen del manejo de los Tattwas.

Séptimo: La Mente caracteriza, da forma y condiciona la vida. Mas ella no es otra cosa que los Tattwas condicionados y manifestados, considerando que los Tattwas no son otra cosa que los elementos vitales o principios primarios de la vida.

Octavo: La Mente es el proceso de contacto entre el mundo exterior y el dominio interno de los Elementos Vitales, en el que se verifica el desenvolvimiento.

Noveno: La vida es lo que hacemos de ella, de acuerdo con nuestras disposiciones mentales, preparación y habilidad. Puede ser de alta cualidad, si se mantiene en capacidad de utilizar los Tattwas y elevarse a los planos superiores de la vida.

Décimo: El hombre es parte integrante de la Naturaleza Universal y nunca podrá separarse de ella.

Undécimo: El hombre puede evolucionar hasta alturas indivisibles, e incluso, llegar a la realización divina, de acuerdo con sus esfuerzos, anhelos y aspiraciones.

Duodécimo: El hombre es el hacedor de su propio destino, siempre que no vaya en contra de las leyes de la Naturaleza o ignore los Principios Universales. De otra manera, se verá sujeto a toda clase de miserias, de condiciones mórbidas y de tendencias infernales.

Décimo tercero: La evolución, la salud y la felicidad del ser humano dependen de sus propósitos y designios.

Décimo cuarto: La moral del hombre consiste en su capacidad de adherirse a los Principios Universales y a las condiciones naturales, de acuerdo con los imperativos creados por los Tattwas.

Décimo quinto: La espiritualidad no es otra cosa que el reto de vivir o comulgar con los poderes superiores.

Décimo sexto: La sociedad humana es un conglomerado de individuos conscientes de sus deberes morales y que tiene un consciente designio espiritual para el bienestar de todos.

Décimo séptimo: Los imperativos de la conciencia son absolutos universales en igualdad de circunstancias. En los reinos de la Naturaleza se los conoce como Intuición o Inspiración de las potencias Espirituales. En consecuencia, somos responsables, de uno u otro modo, por todos los acontecimientos que nos afectan. El destino es el curso que escogemos, ignorante o sabiamente, y es, enteramente, nuestra hechura, mediante nuestros deseos, anhelos o pasiones, pensamientos o caprichos, ideas o fanfarronadas, proyectos o sueños.

Décimo octavo: El nacimiento lo predeterminamos nosotros mismos, e igualmente la muerte. Morimos de acuerdo con nuestras condiciones energéticas y nacemos según el estándar de nuestros designios mentales más poderosos. De esta suerte nos enlazamos con un retorno futuro de acontecimientos aún por ocurrir y nos libertamos del nublado pasado.

Decimo noveno: El Amor es la capacidad que tenemos para unirnos con los designios celestiales y de seguir el numen divino.

Vigésimo: El genio y el idiota se forman de igual manera, con la sola diferencia de que su grado de conciencia difiere en condiciones opuestas. Lo mismo puede decirse de lo demoníaco, del sabio y del santo, del verdadero ciudadano y del dictador abyecto. Sus condiciones varían únicamente en la medida en que lo hace su conciencia.

Por mucho que meditemos, no podremos resolver nuestros problemas y los del mundo, si no tomamos debidamente en cuenta estas JUSTIFICACIONES DE LA VIDA, y acrecentamos que quisiéramos contar con vuestra ayuda para trabajar por la solución de todos los problemas existentes, tanto internos como externos, sean de carácter individual o social.

Curso de COSMOCRACIA - Universidad Cósmica de Vida Vibrante – de la  UNION ESPIRITUAL UNIVERSAL)