Curso General, Ilustrado de Biopsicoplástica

Yoga Integral Científica
para la Humanidad de la Nueva Era

Extractos de la Primera Lección

-El Espíritu que anima la Materia y la perfecciona –

 yoga integral cientifica

 

         La BIOPSICOPLÁSTICA o YOGA INTEGRAL CIENTÍFICA como síntesis que es de muchas otras especialidades de indiscutible índole científico, inclusive de la arqueología que constituye la mejor fuente de información sobre las antiguas culturas, y civilizaciones, se basa naturalmente en todas ellas, empezando con el átomo y las radiaciones psi quicas hasta las energías mentales y los más ennoblecedores ideales espirituales. Como a Terencio, todo lo que sea humano nos interesa. Inclusive, diríamos que ninguna obra vale la pena si no está impregnada de amor.  No perdamos de vista, jamás, eso sí, que nuestros estudios y las prácticas de desarrollo y perfeccionamiento no tienen otro motivo ni finalidad que el mejorar la funcionabilidad mecánica humana y adquirir técnicas que permiten alcanzar la felicidad así como la realización de las más nobles aspiraciones del ser humano en todos los órdenes de interés, sean éstos personales o de sentido general.

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El hombre situado en medio del universo representa al individuo natural.  Está rodeado de maravillas indescriptibles desde lo infinitamente pequeño hasta lo inconcebiblemente grande, frente a su propio destino y cargando su herencia biológica y espiritual.  El silencio realza su soledad, más en su propio interior cada individuo es de por sí un mundo, y el infinito que lo rodea no le es ajeno, puesto que de todos modos es parte del concierto magnífico de la vida universal, cuyas secretas armonías maravillosas nos energetizan e inspiran sin cesar.

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El ser humano es en extremo sensitivo.  Constituye un maravilloso mecanismo que ni siquiera los aparatos electrónicos, neutrónicos y nucleares más perfectos lograrán nunca aventajar, ni aun imitar plenamente.  Incluidos entre estos aparatos ultramodernos el radar y su contraparte el sonar, el rayo X, la televisión, los cohetes espaciales y los reactores atómicos.  Además, no hay nada que lo supere en belleza, como tampoco en capacidad de conciencia y sentimientos, o de heroísmo y en utilidad bajo un control inteligente.

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La super-sensitividad no es lo hipersensorial, ni lo sensual en estado peyorativo y figurado.  Por super-sensitividad se debe entender lo sutil delicadeza del cuerpo humano en su conjunto de su afectabilidad y excitabilidad. Tiene una gran receptividad en cuanto a los impactos de la luz, sea esta natural o artificial, así como a las fuerzas de ondas bióticas, térmicas, electromagnéticas, telúricas y cósmicas.  De ahí la importancia de condicionar el cuerpo para una mejor receptividad y funcionalidad si queremos aprovechar la vida a plenitud.

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Por ahora es preciso percatarse de que el cuerpo humano, además de ser en lo exterior líneas, formas y capacidades dinámicas con movimientos y ritmos, capta y absorbe fuerzas del ambiente.  Además de esto tiene cualidades radiestésicas, o sea de exteriorización de fuerzas propias. En cuanto a lo interior tomaremos en cuenta sus portentosas maravillas en breve.

De hecho, la luz que capta y absorbe el cuerpo es elaborada de manera sorprendente e inteligente por el sistema neuroendocrino por la función metabólica, la osmosis y la simbiosis, llegando a convertir los haces luminosos o cromáticos en glúcidos y proteínas.  Así, se nutre de energía exterior y cósmica automáticamente, pero en mucho mayor escala cuando el proceso es dirigido consciente e inteligentemente.